miércoles, 12 de febrero de 2014

Un manchego en el Imperio Galáctico

Entre los escritores de libros de caballerías del siglo XX tenemos a un ciudarrealeño al que los especialistas, todos frikis y a mucha honra, consideramos ya un clásico de la anticipación o ficción científica en español (por no usar el vulgar anglicismo de "ciencia-ficción"), Carlos Saiz Cidoncha. Y ahora nos ha sorprendido, treinta y dos años después de la aparición del primer volumen de su trilogía La caída del imperio galáctico, El anillo de poder (1978), con la publicación de los dos restantes, El ángel tenebroso y El ocaso de los dioses (2011), de forma que se cierra así la primera y única space opera manchega del siglo XX, un ciclo mucho más amplio de lo que podemos esperar, porque hay que sumar a su universo, mucho más espeso y rico de lecturas que la superflua americanada de George Lucas, otras derivaciones como Antes del Imperio (1983), Memorias de un merodeador estelar (1995), Crónicas del Imperio Galáctico (1998) o incluso otra trilogía fundamental, La galaxia de los hombres muertos (2003-2004). 

Conocí al autor de la proeza, el editor Pedro A. García Bilbao, el Palinuro, aún no arrojado por la borda, de Ediciones Silente (Guadalajara) de cuando invité al mismo  Carlos Saiz Cindocha a venir a Ciudad Real para dar una conferencia el día del libro y presentar su Historia de la aviación republicana en tres volúmenes (Saiz Cidoncha es, además de científico y meteorólogo, un viajero incansable y un historiador e investigador de nota, que aprendió el ruso solo para poder acceder a información inédita necesaria para realizar esta obra).  Pedro es él mismo escritor de retroutopías y profesor universitario de Sociología, alguien fascinado por la cultura como, por lo general, todos los que nos educamos leyendo libros de fantasía científica.

Entre los cultivadores del género ciudarrealeños tenemos a nuestro conocido Macario Polo Usasola, a Ángel Campos Martín-Mora y a mí mismo, que escribí para ese género El marco de la noche, hace ya más años de los que me gustaría recordar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario