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viernes, 1 de diciembre de 2023

Análisis de libros, portales en Internet

¿Dónde puedo encontrar crítica literaria y análisis crítico detallado de libros premiados, orientados a adultos instruidos?

Estos son algunos entre los mejores:

Crítica de libros (contiene reseñas y recensiones de libros clásicos de todas las culturas y épocas)

Revista de Libros (Contiene reseñas y recensiones de libros más actuales)

El Cultural (suplemento cultural del diario madrileño El Mundo. Contiene reseñas y recensiones de libros actuales agrupados por géneros, y además tiene secciones dedicadas a otras ramas de la cultura)

TodoLiteratura (Contiene reseñas y recensiones por géneros y temas, y además permite suscribirse a su boletín de novedades en línea)

domingo, 24 de septiembre de 2023

Inédito de Pablo Neruda sobre Lorca

Neruda, en un inédito sobre Lorca: «¿Está el público desprovisto de prejuicios para admitir la homosexualidad de Federico?», en Abc de Madrid, 13/11/2017

En el texto «El último amor de Federico», que ahora ve la luz dentro de sus memorias, el Nobel chileno recuerda cómo en las tertulias que compartieron el de Fuente Vaqueros estuvo siempre acompañado por el joven Rafael Rodríguez Rapún

«Confieso que he vivido», las memorias en las que Pablo Neruda trabajó hasta poco antes de su muerte, en 1973, se publicaron sin algunos textos escritos por el Premio Nobel chileno, que han permanecido inéditos hasta ahora y que Seix Barral recupera en una edición ampliada. La obra, que sale mañana a la venta, contiene el texto «El último amor de Federico », además de un álbum fotográfico y la reproducción facsimilar de varios manuscritos del poeta.

Estas memorias debían haberse publicado como parte de la celebración de los 70 años de Neruda , en 1974, recuerda Darío Oses en el prólogo de esta nueva edición, pero su muerte, precipitada por el golpe militar en Chile, ocurrió el 23 de septiembre de 1973, por lo que el libro apareció como obra póstuma .

En una «cuidadosa» revisión de los archivos de la Fundación Pablo Neruda se produjeron varios hallazgos relacionados con sus memorias: el primero fue un cuaderno fechado en junio de 1973 con anotaciones manuscritas de Neruda sobre los temas que debía incluir en «Confieso que he vivido» y dos carpetas con escritos autobiográficos inéditos . Entre ellos, explica Oses, estaba el relativo a García Lorca , al que adjuntaba una explicación de por qué no se había publicado en su momento.

«¿Está el público suficientemente desprovisto de prejuicios para admitir la homosexualidad de Federico sin menoscabar su prestigio?», se preguntaba Neruda. En este texto que ahora ve la luz, Neruda recuerda cómo en las tertulias que compartieron, García Lorca estuvo siempre acompañado por un joven que luego se dio cuenta fue su último amor.

Era Rafael Rapún, en realidad Rafael Rodríguez Rapún , que perdió la vida en el frente de Teruel pocas semanas después de la muerte del poeta: «No quedó nada del apuesto muchachón. Sus huesos y su sangre quedaron esparcidos en fragmentos minúsculos, en manchas casi invisibles, sobre la tierra española, que se tragaba cada día millares de otros muertos anónimos».

El «tabú de lo sexual»

Para Neruda , había «una manera oscurantista de tratar el homosexualismo de Federico García Lorca », «la manera española y latinoamericana: esconder cuidadosamente esta inclinación personal de Federico. Hay mucho en esta actitud, de respeto al poeta asesinado. Pero también existe el tabú de lo sexual , la herencia eclesiástica del imperio y colonización española, la hipocresía decimonónica». Consideró una cortina de humo el que achacaran a la «singularidad erótica» de Lorca la posible causa de su muerte pues dice, fue un «repugnante» asesinato político .

Además del de García Lorca , en las carpetas se encontraron textos como «La muchacha del regreso» que, según Oses, «calzaba» en una sección de sus memorias «casi con tanta precisión como la pieza perdida de un rompecabezas».

En «Confieso que he vivido» , Neruda narra los principales episodios de su vida y las circunstancias que rodearon la creación de sus poemas y libros más famosos, además de rememorar las figuras de algunos amigos como Alberti, Miguel Hernández , Éluard, Aragon y su relación con personajes destacados de la política contemporánea.

martes, 1 de agosto de 2023

Consejos a escritores de Ray Bradbury

Una hora de escritura es tónica

Bradbury abogó por una dosis diaria de escritura como una cura contra los males y las penas de la vida cotidiana, un tónico que tiene el potencial de energizar todo lo que experimentamos. En los artículos recopilados para su libro de 1990 El zen en el arte de escribir y en conferencias dadas a lo largo de su vida, compartió el poder benéfico de la palabra escrita. Porque el acto de escribir no necesita ser tratado como una tarea, ni debe ser el dominio de solo un grupo elegido.

Siga leyendo y escriba con la voz de Bradbury como guía. Que sus ideas sobre el valor de la escritura lo lleven a través de una oración, un párrafo y tal vez incluso una historia corta, pero, lo que es más importante, a través de su vida más allá de la página.

Zen en el arte de escribir — extracto del Prefacio. ¿Qué nos enseña la escritura?

Ante todo, nos recuerda que estamos vivos y que es un don y un privilegio, no un derecho. Debemos ganarnos la vida una vez que nos ha sido otorgada. La vida pide recompensas porque nos ha favorecido con animación.

Así que mientras nuestro arte no puede, como quisiéramos, salvarnos de las guerras, las privaciones, la envidia, la codicia, la vejez o la muerte, puede revitalizarnos en medio de todo.

En segundo lugar, escribir es sobrevivir. Cualquier arte, cualquier buen trabajo, por supuesto, es eso.

No escribir, para muchos de nosotros, es morir.

Debemos tomar las armas todos los días, tal vez sabiendo que la batalla no se puede ganar por completo, pero debemos luchar, aunque solo sea un combate suave. El menor esfuerzo por ganar significa, al final de cada día, una especie de victoria. Recuerda a ese pianista que decía que si no practicaba todos los días lo sabría, si no practicaba dos días, los críticos lo sabrían, después de tres días, su público lo sabría.

Una variación de esto es cierto para los escritores. No es que tu estilo, sea lo que sea, perdería forma en esos pocos días. Pero lo que pasaría es que el mundo te alcanzaría y trataría de enfermarte.

Si no escribieras todos los días, los venenos se acumularían y comenzarías a morir, o actuar como un loco, o ambas cosas.

Porque la escritura permite las recetas adecuadas de la verdad, la vida, la realidad, ya que puedes comer, beber y digerir sin hiperventilar y revolcarte como un pez muerto en tu cama.

He aprendido, en mis viajes, que si dejo pasar un día sin escribir, me inquieto. Dos días y estoy temblando. Tres y sospecho locura. Cuatro y yo bien podría ser un cerdo, sufriendo el flujo en un revolcadero. La escritura de una hora es tónica. Estoy de pie, corriendo en círculos y gritando por un par de polainas limpias.

De modo que, de una forma u otra, es de lo que se trata este libro. Tomar tu pizca de arsénico todas las mañanas para poder sobrevivir hasta el atardecer. Otro pellizco al atardecer para que sobrevivas hasta el amanecer. . .

Ahora es tu turno.

¡Que haya palabras, muchas de ellas!

Bradbury, el hombre de muchas palabras, historias, libros e ideas, ofrece algunos consejos inspiradores y prácticos para impulsar su práctica diaria de escritura. Estos son algunos de los consejos de Ray interpretados por Colin Marshall en openculture.com

Creo que eventualmente la cantidad contribuirá a la calidad. . . . La cantidad da experiencia. Sólo de la experiencia puede surgir la calidad.

Comience corto. No empiece a escribir novelas, toman demasiado tiempo, "escriba un montón de cuentos", dijo. Date tiempo para mejorar; con cada semana y mes, verás mejorar tus historias. Afirma que simplemente no es posible escribir 52 malas historias seguidas.

Simplemente escriba cualquier cosa vieja que se le venga a la cabeza. Recomendó la "asociación de palabras" para romper cualquier bloqueo creativo, ya que "no sabes lo que hay en ti hasta que lo pruebas".

Haz una lista de diez cosas que amas y diez cosas que odias. Luego escribe sobre los primeros y “mata” a los segundos, también escribiendo sobre ellos. Haz lo mismo con tus miedos.

Vive en la biblioteca. Aléjese de su computadora y expóngase a nuevos libros con frecuencia. Hay numerosos mundos por descubrir más allá de tu pantalla.

Escribir no es un asunto serio.

Escribe con alegría. Si una historia comienza a sentirse como un trabajo, deséchela y comience una que no lo haga.

Examine las historias cortas de "calidad". Sugirió leer obras de Roald Dahl, Guy de Maupassant, Nigel Kneale y John Collier. Acude a historias con metáforas; ¡Sorprendentemente, consideró que las últimas historias del New Yorker carecían de este departamento!

Lea, mucho, pero seleccione sabiamente. Lectura completa recomendada por Bradbury para la hora de acostarse: un cuento, un poema (especialmente Pope, Shakespeare y Frost) y un ensayo. Por supuesto, no cualquier ensayo. Deben provenir de una diversidad de campos, incluida la arqueología, la zoología, la biología, la filosofía, la política y la literatura.

No  te alejes de lo que eres, el material dentro de ti que te hace individual y, por lo tanto, indispensable para los demás.

Aprende de los grandes, pero sé tú mismo. Aprende de tus escritores favoritos, en lugar de imitarlos. Bradbury también imitó inicialmente a HG Wells, Jules Verne, Arthur Conan Doyle y L. Frank Baum antes de desarrollar su propio estilo único.

Enamórate de las películas. Preferiblemente viejas.

Desarrolle un fuerte sistema de apoyo. ¿Tiene amigos que se burlan de sus ambiciones literarias? El consejo de Bradbury: “Despídalos” sin demora. El objetivo es que solo una persona se acerque y te diga: "Te amo por lo que haces". O, en su defecto, estás buscando a alguien que venga y te diga: “No estás loco como dice la gente”.

Cuando la gente me pregunta de dónde saco mis ideas, me río. Qué extraño, estamos tan ocupados mirando hacia afuera, para encontrar formas y medios, que nos olvidamos de mirar hacia adentro.

Lista de raros de Javier Memba

Lista de 75 escritores raros y frikis (o, como él dice, malditos, heterodoxos y alucinados) tomada de El Mundo. Todos los entretenidos artículos correspondientes escritos por el cinéfilo periodista Javier Memba (un especialista en ello, o en el ello, para ser (im-) precisos) sobre estos autores y sus obras pueden leerse en este enlaceNo halagaron opiniones (2014), es su último libro, un recorrido por la literatura maldita, heterodoxa y alucinada

Louis-Ferdinand Céline (I)

Howard Phillips Lovecraft (II)

Jean Genet (III)

Yukio Mishima (IV)

Emilio Carrere (V)

Boris Vian (VI)

Algernon Blackwood (VII)

Alejandro Sawa (VIII)

François Villon (IX)

Neal Cassady (X)

Julio Verne (XI)

Arthur Machen (XII)

Marqués de Sade (XIII)

Rutebeuf (XIV)

Leopoldo María Panero (XV)

Malcolm Lowry (XVI)

Guy de Maupassant (XVII)

Eduardo Haro Ibars (XVIII)

Remigio Vega Armentero (XIX)

Andrés Carranque de Ríos (XX)

Cecco Angiolieri (XXI)

Arthur Rimbaud (XXII)

Hölderlin (XXIII)

Antonin Artaud (XXIV)

Robert Ervin Howard (XXV)

Luis Cernuda (XXVI)

Philip K. Dick (XXVII)

August Strindberg (XXVIII)

Pierre Drieu La Rochelle (XXIX)

Edgar Allan Poe (XXX)

Charles Baudelaire (XXXI)

Alfred Jarry (XXXII)

Paul Verlaine (XXXIII)

William S. Burroughs (XXXIV)

Joseph-Pétrus Borel (XXXV)

Horacio Quiroga (XXXVI)

Bram Stoker (XXXVII)

Julio Herrera y Reissig (XXXVIII)

Carson McCullers (XXXIX)

H.P. Blavatsky (XL)

Anne Radcliffe (XLI)

John Polidori (XLII)

Percy Bysshe Shelley (XLIII)

Raymond Radiguet (XLIV)

Djuna Barnes (XLV)

Chester Himes (XLVI)

Anaïs Nin (XLVII)

Flannery O'Connor (XLVIII)

Hunter Stockton Thompson (XLIX)

Jaime Gil de Biedma(L)

William Hope Hodgson (LI)

Maurice Sachs (LII)

Sheridan Le Fanu (LIII)

Charles Robert Maturin (LIV)

Mary Wollstoncraft Shelley (LV)

André Breton (LVI)

Kurt Siodmak (LVII)

Blaise Cendrards (LVIII)

H. G. Wells (LIX)

Jean Cocteau (LX)

Pierre Boulle (LXI)

Jack London (LXII)

Oscar Wilde (LXIII)

Francis Scott Fitzgerald (LXIV)

Charles Bukowski (LXV)

William Gibson (LXVI)

Thomas de Quincey (LXVII)

Dylan Thomas(LXVIII)

Paul Bowles (LXIX)

Guillaume Apollinaire (LXX)

Aphra Behn (LXXI)

Jan Potocki (LXXII)

Mijail Bakunin (LXXIII)

Samuel Butler(LXXIV)

Leo Ferré (y LXXV)

lunes, 24 de julio de 2023

Entrevista con el hijo y editor de Rafael Cansinos Asséns.

 Alfredo  Valenzuela entrevista al hijo único de Rafael Cansinos Asséns, su homónimo Rafael Cansinos, «A Borges le fascinaba el parentesco entre mi padre y Rita Hayworth», en Abc de Sevilla, 21 de  mayo de 2006:

Hijo del mítico escritor sevillano Rafael Cansinos Assens y pariente de la legendaria Rita Hayworth, el editor Rafael Cansinos ha emprendido la edición de obras inéditas u olvidadas de su padre, como «Bellezas del Talmud» o su traducción de «Risa roja», de Andreyev

-¿Cuál es el mejor recuerdo que guarda de su padre?

-Su obra. Cuando murió yo tenía sólo seis años. Su obra me habla hoy.

-Los escritores tienen mala fama como padres, ¿qué tal fue el suyo?

-Trabajó mucho hasta el final de sus días. Su territorio me estaba vedado hasta que llegaba la noche. Creo que es una historia muy repetida en las biografías infantiles.

-¿Relee sus obras con frecuencia?

-No, con frecuencia no, pero sí releo cosas porque trabajo con ellas, preparando ediciones y cosas así.

-¿Cree, como decía Borges, que su padre fue uno de los más grandes escritores de nuestra cultura?

-Durante mi juventud pensaba que no, me había hecho a la idea de que mi padre era uno de tantos, pero un día me lo dijo Borges en persona, y pude comprobar que lo decía en serio.

-¿Alguna vez ha presumido de ser sobrino, aunque lejano, de Rita Hayworth?

-Ya que me ha citado a Borges le contaré que este parentesco a él le fascinaba. Yo le oí cantar canciones de Gilda. Me preguntaba con un interés infantil, de mitómano, si yo conocía a Rita, si la trataba. Le expliqué que Rita, aunque vivía, estaba muy malita y ya no pertenecía a este mundo. Esto le apenó mucho. Con estas cosas se nace, no es ningún mérito del que uno pueda vanagloriarse. La familia de mi abuelo no tenía muy buen concepto de la del padre de Margarita, por ser gente de la farándula. Ya ve usted las vueltas que da la vida. Esta maravillosa actriz norteamericana nos ha quitado para siempre a todos los «Cansino» la pole position del apellido familiar. Aunque eso sí, Borges, además de canciones de Rita, se sabía de memoria fragmentos enteros de obras de mi padre.

-¿Qué sintió cuando Sevilla, por fin, le dedicó una calle a Cansinos Assens?

-Perplejidad, me enteré cuando ya estaba inaugurada. Creo que se organizó una grimpola entre el Ayuntamiento y algunos intelectuales sevillanos por la localización de la calle. Me tenían que haber consultado. La calle de Cansinos Assens debería haberse situado en la zona de la Alameda, en el entorno de la calle Tinaja, que fue donde transcurrió la infancia del escritor. Todos descartaron esta zona por ser desde hace mucho un espacio de prostitución y de trapicheo. Un error garrafal: era el lugar más adecuado por muchas razones.

-¿Qué otras cosas cree que se deberían hacer para restablecer su memoria?

-Desde la Fundación-Archivo Rafael Cansinos Assens vamos a coordinar muchas acciones.

-¿Queda mucho inédito de Cansinos?

-Muchísimo.

-¿Y se irá publicando todo eso?

-En forma de libro sólo una parte. La otra también la conocerán los investigadores, o cualquier lector curioso, en el website de la Fundación.

-¿Cree vigente la obra crítica de Cansinos?

-No entiendo mucho de esto. Ahora los universitarios están muy interesados en este tipo de crítica impresionista que hacía Cansinos. Hay incluso quien la valora por encima de la académica.

-¿Rescataría la obra de algunos de los escritores que desfilan por las memorias de su padre de los que hoy permanecen olvidados por completo?

-Dentro del proyecto Arca Ediciones quizá rescatemos alguna obra de estos olvidados, pero de momento vamos a publicar solo títulos que consideremos comerciales. Por eso hemos empezado con la antología hebraica Bellezas del Talmud, y con la Risa roja de Andreyev, una novela que denuncia el horror de la guerra.

-¿Cree usted en las raíces hebraicas de su familia, como postulaba su padre?

-Sin ánimo de ofender a todos aquellos a los que les molesta el judaísmo de mi padre, y buscan argumentos para negarlo, minimizarlo o ridiculizarlo, la mayoría porque no les gusta ver a Cansinos en el lado semita, le diré antes que nada que los judíos sienten veneración por sus antepasados y están siempre presentes en sus vidas y en su recuerdo y forman parte de su ser como pueblo. Su pregunta precisa también de una aclaración: estar en la línea de descendencia de hebreos no significa absolutamente nada, y mucho menos lo convierten a uno en judío. Hay que ser serios con estas cosas para no herir los sentimientos de los judíos ortodoxos. Mi padre era judío por convicción, y así le aceptan como uno de los suyos los judíos laicos e incluso muchos ortodoxos. El que tuviera antepasados judíos, como muchos españoles, no es relevante, aunque yo sí creo en ello, como creía él basándose en evidencias, y, por supuesto, no tengo ningún inconveniente en reconocer que me siento ligado a esa pertenencia y orgulloso de la misma.

-Jesús Pardo, en sus memorias, insinúa que Cansinos traducía a los rusos ayudándose de la traducción al francés, ¿cree que se trata de una maledicencia?

-Jesús Pardo cuando conoció a Cansinos era sólo un currinche de veintipocos años y por los datos que da sobre la casa en la que nací me parece que no le dejaban pasar mucho más allá del recibidor. Dice que un día visitó a Cansinos y éste tenía encima de una mesa una traducción del ruso a medio hacer, con la edición original rusa a un lado y al otro una versión francesa. Le puedo aclarar a Pardo, por la fechas de las que habla, que el autor que traducía era Andreyev y que los originales que utilizó están reseñados, sin mayor secreto, en la introducción de Cansinos a las Obras Escogidas que publicó Aguilar en 1955. Yo no diría que Pardo sea un malediciente, porque todo esto forma parte del juego de sus memorias y porque esa maledicencia no es suya, se ha contado ya varias veces, aunque sí añade abono pestífero. Es impensable que Cansinos entrara en un juego de superchería. Su categoría moral estaba muy por encima de esas bobadas. Leyendo las portadas, las introducciones y las notas a sus traducciones es muy fácil seguir su procedimiento como traductor. A él no le costaba nada explicar que traducía a veces del francés o del inglés, y exponía los motivos.

-También dice Pardo que su padre alardeaba de sus veinte idiomas...

-Me temo que don Jesús se confunde en esto también, ya que no eran veinte sino setenta las lenguas en las que mi padre podía saludar al sol. Conociendo su falta de vanidad, estoy seguro de que era rigurosamente cierto. La obra de Pardo es muy buena literatura, pero él es un periodista que ha oído demasiadas campanas a lo largo de su vida para que ahora nos las cuente todas de seguido con visos de verosimilitud.

viernes, 29 de julio de 2022

La obra de Ory, por Ricardo Labra, en Zenda.

 Aerolitos en el firmamento literario

24 Jul 2022/RICARDO LABRA  / Carlos Edmundo de Ory, poesía

Aerolitos en el firmamento literario

Carlos Edmundo de Ory es uno de los grandes heterodoxos de nuestra poesía, junto a Juan Eduardo Cirlot, Joan Brossa y Francisco Pino, todos ellos pertenecientes a una generación fragmentada y escindida por la guerra civil española. Ory siempre fue por libre, «descoyunta[ndo] el lenguaje», teniendo como enemigos «la razón y la lógica», encarando su actividad poética —en palabras de José Manuel Caballero Bonald— «con la dedicación fervorosa de un visionario, que lo era».

Este «surtidor andaluz», como lo describió su amigo el dramaturgo Francisco Nieva, nunca dejó de revitalizar con su disidente actividad el panorama creativo del ámbito hispánico. Su primer aldabonazo, y por lo que casi siempre se le recuerda, es por haber sido el principal factótum del postismo, el último movimiento de las vanguardias españolas de posguerra. Ory, además de incitador y agitador del para él siempre adormecido panorama cultural, es un consumado hacedor de neologismos y de términos literarios. Ory se postuló como representante del último ismo de las vanguardias españolas después del postsurrealismo —del que toma nombre por acronimia—, preconizando en su manifiesto suplantar la palabra inventariada, especialmente profesada por los garcilasistas, por la palabra inventada. Debido a esta libertad expresiva y a sus implícitos supuestos, no resulta extraño que su iconoclasta heterodoxia inquietase a los censores franquistas. Si bien el postismo estaba entonces, por aquellas oscuras fechas, lejos de ser un movimiento, y en todo caso era cosa de un poeta y de un pintor, Eduardo Chicharro, un tanto estrafalarios y del connaissances Silvano Sarnesi.

"Siempre tuvo un grupo selecto de lectores que en todo momento supo valorar su obra"

Hay quien señala la censura de los prebostes franquistas y la indiferencia de sus coetáneos —la mayoría de los poetas apenas lo tomaron en serio—, como la causa de la postergación y del silencio que el poeta gaditano padeció a lo largo de buena parte de su trayectoria creativa, hasta que en 1970 Félix Grande publicó su reconocida antología: Carlos Edmundo de Ory: Poesía (1945-1969).

Félix Grande acometió —en una obra poética tan torrencial y laberíntica como la de Ory— un meritorio trabajo de selección y contextualización, que permitió visualizar el verdadero alcance de la poesía Oryana. Pero el «surtidor andaluz» —aunque es cierto que estuvo orillado de los grandes movimientos y grupos poéticos españoles, así como de sus prebendas y canonjías— siempre tuvo un grupo selecto de lectores que en todo momento supo valorar su obra. Entre ellos cabe destacar el extraordinario cuentista Ignacio Aldecoa, compañero de pensión en Madrid, que dejó algunas jugosas anécdotas del gaditano, como que a veces lo encontraba recostado en la cama lamiéndose las rodillas porque sabían a sal y le recordaban los salobres acentos de Cádiz; así como, y dentro de esta relación de adeptos de la poesía oryana, a Eduardo Cirlot y Wenceslao Fernández Flórez, que junto a Eugenio d’Ors fueron los primeros valedores, casi únicos, del postismo. Pero también conviene señalar, además de los mencionados más arriba, a Pere Gimferrer, Guillermo Carnero, Leopoldo Azancot y, evidentemente, a Roberto Bolaño. Otros lectores y escritores que también le dieron grandes alegrías al transterrado gaditano fueron los integrantes del grupo literario Marejada: Rafael de Cózar, Jesús Fernández Palacios y José Ramón Ripoll.

"En realidad, Carlos Edmundo de Ory, más que el propulsor del postismo, del introrrealismo y del APO, es el exclusivo factótum del Orysmo"

La trayectoria literaria y creativa de Carlos Edmundo de Ory se sustancia, como a él le gustaba definirla, en «el itinerario del poeta proscrito». Un itinerario lleno de manifiestos y propuestas literarias, como el Introrrealismo, con el que intentó dar una vuelta de tuerca al postismo, así como encontrar una respuesta creativa al expresionismo y al existencialismo europeo de posguerra, en esta ocasión en compañía del pintor dominicano Darío Suro. Unos años más tarde, y bajo la influencia de los movimientos contraculturales del 68, culminará esta serie de manifiestos y propuestas estéticas desde la Maison de la Culture, con su Atelier de Poésie Ouverte (APO). En realidad, Carlos Edmundo de Ory, más que el propulsor del postismo, del introrrealismo y del APO, es el exclusivo factótum del Orysmo. Él solo en sí mismo es el ismo y todo un compendio y registro del heterodoxo vanguardismo del ámbito hispánico.

La obra de Ory se bifurca, dentro de su inquebrantable unidad, en tres registros: como poeta, como narrador y como aforista. Como narrador ha dejado una serie de relatos —El bosque (1952), Kikiriquí-Mangó (1954), El alfabeto griego (1970), Basuras (1975)—, algunos ensayos, como los que dedica a Camus (1964) y a Lorca (1967), y una novela: Mephiboseth en Onou (1973), reeditada recientemente por la editorial Firmamento (1921). Pero quizá su obra más destacada en prosa se corresponda con la no ficción, con el género más confesional y testimonial. El diario que Carlos Edmundo de Ory ha escrito durante 56 años (de 1944 a 2000), publicado en 3 volúmenes por la Diputación Provincial de Cádiz (2013), le asegura, según Caballero Bonald, un relevante lugar en la literatura española.

"La editorial Firmamento cierra el fragmentario círculo de los Aerolitos oryanos de manera prácticamente definitiva"

Pero dentro de la eclosión creativa de este inagotable y sorprendente «surtidor andaluz», la obra más singular de Carlos Edmundo de Ory —la que sintetiza y aglutina toda su irradiación creativa—, quizá se encuentre en sus Aerolitos, en su escritura aforística. Los primeros Aérolithes se publicaron en Francia en 1962, mientras que la primera versión española apareció en Cuadernos Hispanoamericanos (1965). A partir de entonces han ido apareciendo y ampliándose en diversas revistas, antologías y ediciones, como Nuevos Aerolitos (1995) y Novísimos Aerolitos (2009). A pesar de la larga tradición aforística española y europea, así como de sus notables precedentes, Jaume Pont señala como antecedentes de los Aerolitos a los lúdicos juegos verbales y experimentales postistas: “las pulgas” y “los emblemas” publicados en las revistas Postismo y La Cerbatana, así como “el enderezamiento”, «técnica intertextual mediante la que aplicando mínimas variaciones se puede modificar el texto de manera infinita».

La editorial Firmamento cierra el fragmentario círculo de los Aerolitos oryanos de manera prácticamente definitiva, al ofrecernos en una primorosa edición la obra aforística completa del poeta gaditano, que consta «de 2.450 textos» de los que «254 no habían visto la luz hasta ahora», nos aclaran las editoras. La labor documental de esta cuidadosa edición corre a cargo de Carmen Sánchez y de Laure Lachéroy, viuda de Carlos Edmundo de Ory. Los Aerolitos completos también cuentan con una lúcida y esclarecedora introducción —«Alado Carlos Edmundo»— del periodista y crítico literario Ignacio F. Garmendia.

En sus Aerolitos Carlos Edmundo de Ory nos da muchas claves sobre su poesía y su manera de ver la realidad y de abordar la creación literaria. En ellos, y a través de ellos, elabora su manifiesto más perdurable. Los Aerolitos configuran todo un sistema teórico y procedimental de los supuestos estéticos oryanos, en el que la teoría y la praxis amplifican especularmente sus significaciones. En los Aerolitos abundan las paronomasias, los calambures, las enumeraciones… Sus frases adquieren a veces la condición de «Betilo[s] animado[s]» (p. 183). Ory nos da en ellos las coordinadas de su poesía, hacia la que orienta la quilla de su creación: «Al norte Walt Whitman – Al sur César Vallejo» (p. 147). En otro, nos explica la connotativa amplificación de significados que en cada lectura se desprenden de sus aforismos, porque «El silencio es políglota» (p. 90). Todo en los Aerolitos se convierte en «fuegos de palabras» (p.89), por lo que «Ser noche [se transforma en]: anocheser» (p.139). «Poesía momentual» (p. 113) nos dice en uno de sus aerolitos, para unas páginas más adelante lanzar en otro la siguiente proclama: «No productividad, sino escritura criaturial» (p. 121). Y es que Ory, como reafirma en sus Aerolitos, «Escrib[e] poesía a bocajarro» en un intento de «Escapar[se] una de estas noches, en camisón, de la cama del hospital del mundo» (p. 180). Puedo asegurar que la mayoría de las veces lo consigue.

Carlos Edmundo de Ory en sus Aerolitos incide, o más bien reincide en los ternarios; por ejemplo: «Ternario de Barasab Nicolescu: Nosotros, la partícula y el mundo» (p. 92); «Ternario de Karl Friedrich Gerber: Los días, el vino y las rosas» (p. 95); o «Ternario de Oscar Vladislas de Lubicz-Milosz: los pájaros, los niños, los santos» (p.103). Pues bien, a través de este sencillo procedimiento de tres enumeraciones, el poeta gaditano realiza precisos retratos esenciales. ¿Qué ternario, cabe preguntarse, representaría mejor a Ory? Yo me atrevo a proponer el siguiente: Ternario de Carlos Edmundo de Ory: el mar, la soledad, la nada.

Los Aerolitos no se agotan en una lectura y tal vez tampoco en una vida. Son muchos los itinerarios y las lecturas que subyacen en sus textos. Se pueden leer arbitrariamente, del final hacia delante, saltando sus páginas como si se barajasen las cartas del destino, o leerlo página a página, pausadamente. Pero léase como se lean, uno siempre tiene la impresión de transitar por la magia reveladora del arte.

viernes, 11 de marzo de 2022

Reseña de Solaris, de Stanislaw Lem

Mastt S. Sagan, "¿Qué libros te han cambiado la manera de ver el mundo?" en Quora:

Hay muchos libros que me han hecho replantearme cosas, pero el que me hizo pensar más y me cambió mi forma de ver el mundo es: SOLARIS. Fue escrito por Stanislaw Lem y a pesar de ser en mi opinión el mejor libro de ciencia-ficción muy poca gente lo conoce.

Resumiéndolo muy brevemente: trata de un hipotético futuro en el que la humanidad ha logrado viajar de forma fácil y rápida por el universo, descubriendo y colonizando muchos mundos por el camino. Solaris fue uno más de tantos mundos descubiertos por la humanidad, se caracterizaba por estar situado en un sistema binario y por tener un inmenso mar, que cubría el 99% de su superficie, aparentemente sin vida; el planeta no tenía capacidad para acoger poblaciones humanas así que no atrajo la atención de estos.

No obstante, al cabo de los años se observó que en el planeta ocurrían cosas extrañas como que por ejemplo su órbita era estable a pesar de pertenecer a un sistema binario (cosa físicamente imposible) lo que le permitía no estar nunca ni demasiado cerca de la estrella ni demasiado lejos. Además se registraron formaciones extrañas producidas por el océano, cuando los seres humanos sumergían maquinaria debajo del mar este mismo copiaba su forma y hacia esculturas exactamente iguales, así como extrañas formaciones que el mar creaba de forma aparentemente aleatoria como las asimetriadas y las simetriadas.

Al final, tras mucho estudio, se llegó a la conclusión de que el mar era un ser vivo inteligente de dimensiones gigantescas y este de algún modo, para poder sobrevivir, conseguía que el planeta siguiese una órbita estable.

Tras esto se inició una etapa en la que los científicos trataron de establecer “el primer contacto” con el mar probando diferentes modos de comunicación. Lamentablemente cada vez que probaban algo el mar reaccionaba de forma diferente haciendo imposible el contacto: podía crearte 1000 asimetriadas sin ningún motivo aparente y, sin embargo, luego ignorar una explosión termonuclear. Tras esto surgieron muchas teorías de por qué no lograban comunicarse: Es autista, el océano antaño tuvo una época de grandeza, pero ahora está en una etapa de “Alzheimer”, es narcisista y no le interesamos lo más mínimo etc.

Todo ello explicaciones “humanas” a un problema de otro mundo. El tema que el libro trata es que el ser humano no busca en realidad nuevas civilizaciones o mundos en el espacio, sino reflejos de nosotros mismos y de nuestro mundo. Cuando nos imaginamos otros seres inteligentes siempre pensamos en ellos como seres humanoides y muy semejantes a nosotros mismos. Es de lo que casi todos los libros de ciencia ficción pecan, no innovan, solo hacen reflejos deformados de nosotros mismos, todos ellos con motivaciones genuinamente humanas como lo son las conquista y la guerra:

Unos habrán de ser un reflejo de nosotros mismos en el futuro y otros en el pasado…

“No buscamos nuevos mundos, algunos habrán de ser desérticos como el Sahara, otros helados como la Antártida, otros con junglas exuberantes y otros serán el reflejo del nuestro en tiempos más primitivos”

Cuando hablamos de otro ser alienígena inteligente nadie se imagina a un mar protoplasmático gigante, y que a pesar de ser inteligente no nos podamos comunicar con él. Lo cierto es que ese ser ha estado solo en el planeta durante los millones o miles de millones de años que ha durado su existencia. No puede saber lo que es el concepto de comunicación y si aun así pudiera comunicarse o quisiera hacerlo de que hablaría con nosotros? No tendríamos prácticamente nada en común, no podríamos compartir conceptos semejantes…

El ser humano tiende a antropomorfizar la realidad inevitablemente, está en nuestra naturaleza, en este libro el autor maneja el tema y lo aprovecha para dar una lección de creatividad al resto de escritores de ciencia ficción clásicos mediante la elaboración de un "alienígena" que se salta todos los convencionalismos humanos. Un libro que te hace replantearte muchas cosas y cuestionarte la creatividad humana y lo rígida que es su mente para añadir ideas nuevas. Término con una frase textual del libro, espero haber estado a la altura de transmitir al menos una pequeña parte de la grandiosidad de este libro:

“Nos consideramos caballeros del Santo Contacto. Esa es otra falsedad. No buscamos nada, salvo personas. No necesitamos otros mundos. Necesitamos espejos. No sabemos qué hacer con otros mundos. Con uno, ya nos atragantamos. Aspiramos a dar con nuestra propia e idealizada imagen”.

jueves, 3 de marzo de 2022

Nuevos datos fiables sobre Cervantes y el Quijote. Investigaciones de Javier Escudero en protocolos notariales.

I

Lidia Yanel, "Personas y hechos del Quijote son reales: sabemos quién informaba a Cervantes". EFE / Madrid Actual - Miércoles, 02 Marzo 2022 11:05

Toledo, 2 mar.- Cervantes escogió La Mancha para escribir el Quijote de forma consciente y meditada porque tenía muy cerca al hidalgo que le habló de personas y situaciones reales que el autor reflejó.

Ahora tenemos documentos que prueban la relación entre Miguel de Cervantes y su fuente, Alonso Manuel de Ludeña, su vecino en Esquivias (Toledo).

"No todo es como se nos había contado. Cervantes es un escritor organizado e informado, y la novela es verosímil y creíble. Su forma de escribir es como la de otros escritores, conoce a una serie de personas, le parecen interesantes y las incluye en sus novelas”, explica a la Agencia Efe el investigador Javier Escudero en vísperas de que se publique su ensayo ‘Las otras vidas de don Quijote’ (Ediciones B).

Durante dos décadas, Escudero ha investigado en miles de documentos de finales del siglo XVI, sobre todo relacionados con procesos judiciales, y ha localizado a multitud de personajes y aventuras que no solamente son protagonistas del Quijote sino de otras novelas de Miguel de Cervantes como ‘La ilustre fregona’ , ‘La gitanilla’, ‘Rinconete y Cortadillo’ o ‘El retablo de las maravillas’.

Este investigador madrileño, licenciado en Derecho, doctor en Humanidades y archivero de profesión (actualmente en Cuenca), ha encontrado documentos que avalaban situaciones y personas del Quijote, como el hidalgo que atacó un molino de viento, el que compró un rocín que se le cayó o los que vestían como caballeros medievales.

Pero faltaba algo, necesitaba encontrar por quien o quienes había conocido Cervantes todo eso, necesitaba descubrir al informante. Y lo ha encontrado: un hidalgo importante en aquella Mancha que se sitúa entre los municipios toledanos de Quintanar de la Orden, Miguel Esteban y El Toboso y que entre 1594 y 1607 vivió al lado de Cervantes en Esquivias, alejado de la Mancha.

Ese hidalgo manchego es Alonso Manuel de Ludeña, que en Esquivias tuvo una casa con cueva y tinajas y que sabemos que conoció a Cervantes porque arrendó tierras a Lope de Vivar Salazar (cuyo hijo fue el heredero de Cervantes y su esposa Catalina cuando murieron sin descendencia) y vendió otras a Gabriel Quijada de Salazar (hijo de Alonso Quijada, casero de Cervantes y de quien se considera que Cervantes tomó el nombre de su libro).

Ludeña era de Quintanar pero durante unos años vivió en Esquivias porque allí tenía tierras y bienes su mujer, que le dio poderes para poder venderlo cuando la convivencia del matrimonio acabó.

Javier Escudero cree que “hay mucho miedo a poner en cuestión la creatividad de Cervantes” pero tiene claro, a raíz de los documentos que ha localizado, que el escritor no improvisaba ni era contradictorio sino que era una persona “concienzuda”, bien organizada y coherente.

Añade que, además, Cervantes no traslada personajes de forma literal ni plasma sus biografías sino que lo utiliza para hilar su novela; es decir, toma nombres y hechos reales para hacer una obra reconocida universalmente, y esto no quita valor.

“Tenemos que saber que proviene de hechos y personajes reales y que Cervantes pretende hacer literatura, no historia. Creo que esto no modifica para nada la creatividad de Cervantes”, insiste Javier Escudero, quien defiende que su teoría es “la única que une lo que hasta ahora parecía irreconciliable”.

LO SENSATO ES LO REVOLUCIONARIO

Este investigador afirma que “lo sensato es lo revolucionario”. Es decir, que cuando Cervantes habla de Quintanar o el Toboso no es figurado, se refiere a Quintanar y El Toboso, y cuando escribe sobre molinos de viento se está fijando en Campo de Criptana porque allí hay molinos.

Todos estos lugares (Quintanar, El Toboso, Miguel Esteban, Criptana) están muy cerca geográficamente pero, al mismo tiempo, Miguel de Cervantes “nunca vivió en La Mancha o no hemos podido demostrarlo”, pero tampoco lo necesitó porque estaba bien informado.

“El realismo en situaciones, personajes y aventuras del Quijote empieza desde la primera página; no en la segunda parte, como se nos ha dicho”, insiste Escudero, quien agrega que “sabemos que, escribiera donde escribiera el Quijote, Cervantes lo gestó tranquilamente, en largas conversaciones en Esquivias con estos hidalgos”.

A su juicio, “se han dicho tantas cosas del Quijote, unas contradictorias con otras, a veces teorías inverosímiles, que ser sensato se convierte ahora en algo casi revolucionario”.

HOMENAJE A LA PROFESIÓN DE ARCHIVERO

En ‘Las otras vidas de don Quijote’ Escudero hace un paralelismo entre las salidas del Quijote y las que tendría que hacer un archivero para encontrar al hidalgo caballero, y plantea cuatro salidas, a archivos de Granada, Madrid, Cuenca y Toledo.

Porque este ensayo es “un homenaje a la profesion de archivero y conservador”, que es “muy poco conocida”, explica, porque “somos vistos como una especie de Quasimodo, abrazados a los documentos, en penumbra y sin dejar que nadie los vea”, bromea.

Archivos parroquiales de Quintanar, Miguel Esteban, El Toboso o Socuéllamos, entre otros; archivos municipales e históricos provinciales; el Archivo Diocesano de Cuenca, el Archivo de la Real Chancillería de Granada o el Archivo Histórico Nacional han sido algunos de los estudiados por este investigador que ha analizado medio millar de procesos judiciales.

Con su teoría y sus descubrimientos documentales ha participado en numerosos congresos y reuniones internacionales. Y avisa de que aún no ha cerrado sus investigaciones.

II

Personas y hechos del Quijote son reales: sabemos quién informaba a Cervantes

Por Newsroom Infobae, 2 de Marzo de 2022

Lidia Yanel Toledo (España), 2 mar Cervantes escogió La Mancha para escribir el Quijote de forma consciente y meditada porque tenía muy cerca al hidalgo que le habló de personas y situaciones reales que el autor reflejó. Ahora tenemos documentos que prueban la relación entre Miguel de Cervantes y su fuente, Alonso Manuel de Ludeña, su vecino en Esquivias (Toledo). "No todo es como se nos había contado. Cervantes es un escritor organizado e informado, y la novela es verosímil y creíble. Su forma de escribir es como la de otros escritores, conoce a una serie de personas, le parecen interesantes y las incluye en sus novelas”, explica a la Agencia Efe el investigador Javier Escudero en vísperas de que se publique su ensayo "Las otras vidas de don Quijote" (Ediciones B). Durante dos décadas, Escudero ha investigado en miles de documentos de finales del siglo XVI, sobre todo relacionados con procesos judiciales, y ha localizado a multitud de personajes y aventuras que no solamente son protagonistas del Quijote sino de otras novelas de Miguel de Cervantes como "La ilustre fregona", "La gitanilla", "Rinconete y Cortadillo" o "El retablo de las maravillas". Este investigador madrileño, licenciado en Derecho, doctor en Humanidades y archivero de profesión, ha encontrado documentos que avalaban situaciones y personas del Quijote, como el hidalgo que atacó un molino de viento, el que compró un rocín que se le cayó o los que vestían como caballeros medievales. Pero faltaba algo, necesitaba encontrar por quién o quiénes había conocido Cervantes todo eso, necesitaba descubrir al informante. Y lo ha encontrado: un hidalgo importante en aquella Mancha que se sitúa entre los municipios toledanos de Quintanar de la Orden, Miguel Esteban y El Toboso y que entre 1594 y 1607 vivió al lado de Cervantes en Esquivias, alejado de La Mancha. Ese hidalgo manchego es Alonso Manuel de Ludeña, que en Esquivias tuvo una casa con cueva y tinajas y que sabemos que conoció a Cervantes porque arrendó tierras a Lope de Vivar Salazar (cuyo hijo fue el heredero de Cervantes y su esposa Catalina cuando murieron sin descendencia) y vendió otras a Gabriel Quijada de Salazar (hijo de Alonso Quijada, casero de Cervantes y de quien se considera que Cervantes tomó el nombre de su libro). Ludeña era de Quintanar pero durante unos años vivió en Esquivias porque allí tenía tierras y bienes su mujer, que le dio poderes para poder venderlo cuando la convivencia del matrimonio acabó. Javier Escudero cree que “hay mucho miedo a poner en cuestión la creatividad de Cervantes” pero tiene claro, a raíz de los documentos que ha localizado, que el escritor no improvisaba ni era contradictorio sino que era una persona “concienzuda”, bien organizada y coherente. Añade que, además, Cervantes no traslada personajes de forma literal ni plasma sus biografías sino que los utiliza para hilar su novela; es decir, toma nombres y hechos reales para hacer una obra reconocida universalmente, y esto no quita le valor. 

DE LO REAL A LO LITERARIO

“Tenemos que saber que proviene de hechos y personajes reales y que Cervantes pretende hacer literatura, no historia. Creo que esto no modifica para nada la creatividad de Cervantes”, insiste Javier Escudero, quien defiende que su teoría es “la única que une lo que hasta ahora parecía irreconciliable”. Este investigador afirma que cuando Cervantes habla de Quintanar o el Toboso no es figurado, se refiere a Quintanar y El Toboso, y cuando escribe sobre molinos de viento se está fijando en Campo de Criptana porque allí hay molinos. Todos estos lugares están muy cerca geográficamente pero, al mismo tiempo, Miguel de Cervantes “nunca vivió en La Mancha o no hemos podido demostrarlo”, pero tampoco lo necesitó porque estaba bien informado. “El realismo en situaciones, personajes y aventuras del Quijote empieza desde la primera página; no en la segunda parte, como se nos ha dicho”, insiste Escudero, quien agrega que “sabemos que, escribiera donde escribiera el Quijote, Cervantes lo gestó tranquilamente, en largas conversaciones en Esquivias con estos hidalgos”. A su juicio, “se han dicho tantas cosas del Quijote, unas contradictorias con otras, a veces teorías inverosímiles, que ser sensato se convierte ahora en algo casi revolucionario”

sábado, 17 de julio de 2021

Los consejos de Poe para componer piezas literarias

"Los consejos de Edgar Allan Poe para escribir de forma original", por Vonne Lara,  25 de marzo de 2017:

Edgar Allan Poe ha fascinado a generaciones completas con sus obras. Sus cuentos y sus poemas son parte del imaginario colectivo y ha inspirado profundamente a creadores de todas las artes. Además de sus obras literarias también fue crítico y periodista.

Siempre vale la pena conocer los procesos creativos de los autores que admiramos, ya sea por mera curiosidad como por ajustar nuestros propios procesos al escribir. Como los consejos de Stephen King y otras recomendaciones que hemos recopilado en Hipertextual, tanto para leer más como para escribir más y mejor.

Así pues, Edgar Allan Poe escribió un ensayo titulado The Philosophy of Composition. En donde no solo explica su proceso creativo sino que pone de ejemplo el archifamoso poema El Cuervo para demostrar como la confección de esta obra no es producto de un "sutil frenesí". En sus palabras:

Escojo para ello "El cuervo" debido a que es la más conocida de todas. Consiste mi propósito en demostrar que ningún punto de la composición puede atribuirse a la intuición ni al azar; y que aquélla avanzó hacia su terminación, paso a paso, con la misma exactitud y la lógica rigurosa propias de un problema matemático.

A lo largo del ensayo, que vale la pena leerlo completo, expone al menos siete importantes consejos para escribir poemas y novelas.

Conocer el final. Poe aconseja plantear el final de la obra "antes que la pluma ataque el papel" (claro, en nuestro caso de escribir en cualquier plataforma). Asegura que:

Sólo si se tiene continuamente presente la idea del desenlace podemos conferir a un plan su indispensable apariencia de lógica y de causalidad, procurando que todas las incidencias y en especial el tono general tienda a desarrollar la intención establecida.

Establecer la dimensión. Poe expresa que debemos considerar el tiempo que llevará nuestra obra a ser leída. En cuanto a los poemas, dice que si son demasiado extensos para ser leídos en una sola sesión "los asuntos del mundo, y todo lo que denominamos el conjunto o la totalidad queda destruido automáticamente".

Establecer la impresión o efecto que se quiere conseguir. En este punto, Poe insiste en tener claro el efecto que se desea causar a los lectores y los alcances de la obra. Él dice que con "El Cuervo" tuvo "siempre presente la voluntad de lograr una obra universalmente apreciable". Vaya que lo logró.

Determinar el tono. El tono se refiere a todo aquello que tiene que ver con la actitud de la voz que se utiliza en una obra. Es decir, establecer cómo se contará la historia, puede ser: informal, solemne, irónico, por decir algunos ejemplos. Poe explica que la repetición obstinada de la famosa frase en "El Cuervo", "Nunca más" la eligió por su fonética tanto como por sus cualidades conceptuales. Su objetivo: conseguir un tono melancólico.

Determinar el tema y los personajes de la obra. Explica que para este punto se preguntó cual es el tema más melancólico de tos, uno que lo entiende universalmente la humanidad. "Respuesta inevitable: ¡la muerte!" Por tanto decidió escribir sobre "un amante que llora a su amada perdida".

Poe asegura que solo después de todas estas cavilaciones decidió tomar la pluma por primera vez para comenzar a escribir este poema que pasaría a la historia.

Establecer un clímax. Con los primeros trazos de la obra que estamos escribiendo, Poe aconseja establecer el clímax de la obra y, claro, alcanzar el final que ya establecimos. También dice sobre la originalidad:

no es en manera alguna, como suponen muchos, cuestión de instinto o de intuición. Por lo general, para encontrarla hay que buscarla trabajosamente; y aunque sea un positivo mérito de la más alta categoría, el espíritu de invención no participa tanto como el de negación para aportarnos los medios idóneos de alcanzarla.

Establecer el escenario. Este es un peculiar consejo pues muchas veces se establece como algo primordial por otros escritores. Sin embargo, Poe sugiere ocuparnos por este punto sólo hasta tener definidos los puntos anteriores, anteponiendo la intención, el final y el climax. Tal vez para ir tomando control de lo que deseamos escribir e instalar el escenario con la idea muy clara. Así lo explica de "El Cuervo":

Decidí situar al amante en su habitación, en una habitación que había santificado con los recuerdos de la que había vivido allí. La habitación se describiría como ricamente amueblada: con objeto de satisfacer las ideas que ya expuse acerca de la belleza, en cuanto única tesis verdadera de la poesía.

Así pues, en dicho ensayo sigue explicando el proceso creativo para su poema y nos da una idea clara de por qué habla de un "cálculo matemático", la razón por la que tomó determinadas decisiones en su obra no son producto de una simple inspiración sino pasos decisivos y concisos para conseguir lo que deseaba con esa obra. Grande, Poe.

domingo, 20 de junio de 2021

La parodia del conceptismo cancioneril y prosístico del siglo XV-XVI en el Quijote

Tomado de Quora:

Se dice en el capítulo I del primer Quijote:

Es, pues, de saber que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso —que eran los más del año—, se daba a leer libros de caballerías, con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza y aun la administración de su hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hanegas de tierra de sembradura para comprar libros de caballerías en que leer, y, así, llevó a su casa todos cuantos pudo haber dellos; y, de todos, ningunos le parecían tan bien como los que compuso el famoso Feliciano de Silva, porque la claridad de su prosa y aquellas entricadas razones suyas le parecían de perlas, y más cuando llegaba a leer aquellos requiebros y cartas de desafíos, donde en muchas partes hallaba escrito: «La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura». Y también cuando leía: «Los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican y os hacen merecedora del merecimiento que merece la vuestra grandeza...»

Es un pasaje de Feliciano de Silva el que está parodiando Cervantes, pero no de una de las novelas de caballerías de este autor, sino del primer párrafo de su Segunda Celestina (1534). Dice el personaje Felides:

(…) ¡O amor, que no hay razón en que tu sinrazón no tenga mayor razón en sus contrarios! Y pues tú me niegas con tus sinrazones lo que en razón de tus leyes prometes, con la razón que yo tengo para amar a mi señora Polandria, para ponerte a ti y casarte con la razón que en ti contino falta, el consejo que tú niegas en mi mal quiero pedir a mi sabio y fiel criado Sigeril, podrá ser que, como libre de ti, pueda mejor dar consejo en el que a mí me falta.

La cita es humorística y ficticia (esa frase no aparece verbatim en la obra de Feliciano de Silva) pero es representativa de la escasa claridad de algunas cláusulas utilizadas por ese autor. 

El políptoton era muy común en la poesía cancioneril y prosa del XV y algo menos en la del primer XVI. Consiste en la repetición de una misma palabra con diferentes morfemas flexivos (masculino, femenino, singular, plural, modo verbal...)

La versión online del Don Quijote utilizada en esa referencia incluye una nota que también menciona una parodia que ya aparece en el siglo XVI: «la razón de la razón que tan sin razón por razón de ser vuestro tengo para alabar vuestro libro..


sábado, 5 de junio de 2021

Entrevista a Ray Loriga

Casi le mata un tumor cerebral que le ha dejado con un parche en el ojo. Por Iñako Díaz Guerra "Acabé harto de ser Ray Loriga", El Mundo, 7 marzo 2019:

En los años 90 fue el novelista de una generación, casi una estrella del rock de las letras, pero logró acabar con el personaje y quedarse con el escritor. Ahora publica Sábado, domingo, su reencuentro con el primer Loriga.

Ray Loriga. Madrid, 1967. En los años 90 fue el novelista de una generación, casi una estrella del rock de las letras, pero logró acabar con el personaje y quedarse con el escritor. Ahora publica Sábado, domingo, su reencuentro con el primer Loriga.

'Sábado, domingo' parece una novela escrita por el Ray Loriga veinteañero. ¿Es un juego o la crisis de los 50?

Es una idea consciente. Se relaciona con Lo peor de todo, mi primera novela, que escribí hace 27 años. Hay una causa meramente personal, que espero que al lector le interese: quería ver si todavía tenía esa voz o la había perdido. Hablando de fútbol, quería ver, llevando unos zapatos puestos, si me quedaba algún regate de aquellos que alguna vez tuve o si había perdido el toque ya del todo. He hecho otras cosas en estos años con las que estoy medianamente contento, pero me apetecía ver si aquella voz todavía existía. Y, luego, hay otro motivo que tiene que ver, este sí, con la propia historia. Es una historia partida en dos voces con un lapso temporal de veintitantos años entre medias y la narración requería esa voz juvenil. No me sentía del todo bien escribiendo otra vez como ya escribí entonces, pero sí me apetecía contrastar esa voz con la actual y observar esa distancia en mí como escritor.

La adolescencia es una época que nos parece principio y fin de todo cuando la vivimos, pero tendemos a despreciar cuando maduramos. ¿Cómo ha sido volver a ella?

Sí, cuando la dejamos atrás la tratamos como un borrador de la vida, un simple bosquejo. Decía Peter Handke que el tiempo sagrado es el de la infancia. Me gusta mucho esa expresión y estoy de acuerdo. De niño, estás tomando las distancias de las cosas literalmente, como en Barrio Sésamo: lejos y cerca, blanco y negro, frío y caliente, buen y mal humor... En la adolescencia te sientes el capitán de una aventura, pero, vista unos años después, te pareces el grumete de la nada. Una sucesión de torpezas, errores e imposturas. Ese empeño en demostrar lo hombres que somos, con unas opiniones de una solidez bochornosa... Todos esos ridículos propios de la adolescencia forman un territorio que me parecía bonito volver a visitar.

El libro plantea que, por más que intentemos ignorarla, la adolescencia nos deja marcas indelebles.

Sí, porque son las primeras veces que pones a prueba tus capacidades en choque con la vida real. Empiezas a salir de la familia como círculo máximo de conocimiento y amparo y, con unas capacidades que tú crees que tienes, te empiezas a chocar con la vida, las emociones, los sentimientos y tus propias limitaciones. Lo que tú decías antes se ve hasta en las fotos: uno no siente la misma vergüenza viéndose con 5 o 6 años, que siempre pareces encantador, que viéndote con los peinados ridículos y la moda absurda que te tocó con 16. Y a mí me tocaron los 80, que era una moda especialmente jodida. Hasta la música que me fascinaba acabó por parecerme muchas veces insoportable. Quería volver a mirar todo eso sin ira y dándole su valor.

Uno de tus hijos está en plena adolescencia y el otro la pasó hace poco, ¿has notado muchas diferencias generacionales?

Distintas vías, mismos problemas. En redes están pasando las mismas cosas que antes pasaban en directo. Ellos lo llaman bullying y nosotros los llamábamos abusones, pero te pegaban las mismas hostias. Ahora muchas de esas hostias son emocionales en vez de físicas, pero igual de dolorosas. Esos vacíos a los chicos y chicas que nadie mete en su grupo de WhatsApp o acepta en Facebook, o la humillación en redes. Es la misma mierda en otro envase. No creo que la experiencia de la adolescencia haya variado en lo esencial. Y los padres, ni antes ni ahora, sabemos casi nada. En el colegio, que era nuestra cárcel, había una ley sagrada que era nunca hablar ni con los adultos. Podían pasar cosas tremendas y se normalizaban. A nadie se le ocurría entonces que pudieras ir a un psicólogo o, al menos, quejarte a un profesor o en casa. Era sálvese quien pueda. Por eso en la novela muestro cómo todo eso te hace, simultáneamente, la piel muy dura y a ti muy cínico y muy cobarde, porque con tal de que no te peguen, miras hacia otro lado. Es una etapa en la que rara vez levantas la voz contra la injusticia por muy flagrante que sea. Sólo escurres el bulto, que es a lo que íbamos al colegio. Todo eso te marca una herida en el carácter que arrastras siempre.

¿Qué herida arrastraste tú?

Me he acordado de algunas cosas al escribir. De algún chaval del colegio al que se ponía de moda reírse de él, meterle la cabeza en el váter y hacerle todo tipo de putadas. Veías que iba cayendo en una depresión profunda y tú lo más que hacías era no participar activamente en aquello, pero tampoco salías en su defensa. No eras capaz de enfrentarte a la masa, que en esa edad lo domina todo. Ahora te das cuenta de que has cometido una omisión de auxilio, que es un delito ético y legal. A esa edad eso no lo sabes, pero sí sabes que es pura cobardía.

¿Cómo lleva hacer promoción de sus libros un apologeta de la soledad como tú?

Bien... porque lo llevo haciendo 27 años. Es raro, porque es lo contrario al trabajo real, que es soledad y silencio. Se lee y se escribe así. Esto es todo lo contrario. Por un lado está bien, porque al menos me pongo de pie un rato y, ya que me paso todo el día sentado y no hago nada de ejercicio, al menos me estiro, que voy a acabar con el culo así de gordo. Son muchos viajes, muchos aeropuertos... pero lo comparas con la otra opción, que es que nadie te haga ni puto caso, y no te puedes quejar.

¿Te gusta tanto la soledad porque te permite escribir o te gusta tanto escribir porque te permite estar solo?

Pues lo pienso a veces, si es causa o efecto. Está claro que si te gusta mucho leer, ya empiezas a ser un niño más solitario. Primero, te quedas leyendo en vez de salir a jugar y, más tarde, en vez de salir por la noche. Aunque yo he salido mucho por las noches, más de lo que mi cuerpo ha aguantado, pero siempre he tenido muchos ratos de reclusión. Si no te llevas bien con la soledad es imposible ser escritor. No quiere decir que no seamos sociales, pero el 90 por ciento de tu existencia transcurre en soledad y o estás a gusto así o es imposible.

Pero cuando te fuiste a vivir a Nueva York, a finales del siglo pasado, para perderte del mundo sí fue una decisión vital y no laboral.

Sí, eso fue una decisión racional de alejarme, no tanto de los demás, sino de mi propia imagen. De pronto, llegar a una ciudad como Nueva York en la que no te conoce ni Cristo y si te quedas quieto te pisan, para mí era necesario y agradable.

Aquí llegamos al tópico, pero tópico cierto: Ray Loriga, el novelista estrella del rock. En los 90, para los jóvenes, esa era la liga en la que jugabas.

Sí, es una figura de escritor que en España no ha dado mucho. En otros países es más habitual. Hay un Martin Amis, un Irvine Welsh, un Bernard Levy... O, incluso, el escritor socialite, a lo Truman Capote. El escritor como figura pública y social en España no era muy común. Cuando yo era pequeño, estaban Cela y Umbral, que salían en la tele, pero era otra cosa. Yo me vi en una corriente generacional en la que te leías un libro mío e ibas a un concierto de Los Planetas. Esa era más mi liga que otros escritores. Fue un fenómeno extraño que la gente pudiera juntar mis libros con un disco que le gustase e, incluso, con una moda. Se creó una marea generacional, de modos de vivir. Y, desde luego, no fue un fenómeno planeado por un chaval de 22 años. Simplemente, funcionó. Con estos éxitos repentinos y generacionales siempre se habla de operaciones de márketing y tal, pero son cosas que no se pueden diseñar. Suceden por accidente, porque si fuera tan fácil todas estas empresas editoriales o discográficas lo harían cada año. El éxito no es previsible.

Han pasado casi 30 años de lo tuyo y seguimos viendo esas sospechas en fenómenos como el de Rosalía...

Salvando las distancias, porque Rosalía tiene mucho más éxito del que yo tuve nunca, pero es eso. ¿Cuántas discográficas han querido un éxito así y lo han probado con las mil de Operación Triunfo mezclando flamenco fusión, pop-rock y bases? Si miras los ingredientes, parece que todas las ensaladas son iguales, pero resulta que no todas son Rosalía. Si lo pudieran repetir, lo harían de serie y no lo consiguen.

Bien, una vez que hemos cumplido con el requisito de hablar de Rosalía, volvamos a lo que estábamos: tu huida de aquel éxito.

Acabé harto de ser aquel Ray Loriga y lo que suponía. Yo en aquella época salía mucho, tenía un hijo y quería alejarme de todo eso y volver a lo mío, que era escribir. Nunca quise ser un personaje, sólo un escritor. Me pasaba como a los humoristas, que se espera que sean graciosos todo el rato. "Oiga, que yo cobro por esto: hago mi show y cuando llego a casa igual veo una de Bergman y me deprimo". Hubo un momento en aquella época en que pasé de ser el que hace cola para entrar en las discotecas a que aparten a los demás para que tú entres. Es una sensación muy rara, y el que lo haya vivido y lo niegue es un hipócrita. No es natural ni normal. En vez de pedir las copas, te las traen sin parar a la mesa. Todo alrededor es raro y con la juventud se te puede ir la pinza. Te diviertes un mes y medio o dos, pero cuando empiezas a desbarrar tienes que frenar y recordarte que tú estabas allí para hacer literatura. Es un poco lo que siempre se dice de los futbolistas, que no están preparados para tener tanto éxito tan jóvenes. A nosotros nos salva una cosa: el dinero (risas). No ganamos esas millonadas y no te puedes dejar ir mucho, pero ellos, con tres Ferraris en el garaje y pagadas su casa y las de toda su familia, ¿cómo no se les va a ir la cabeza? Poco se les va. A mí me pones con 52 años y todo lo que ellos tienen y vuelvo a perder la cabeza. El caso es que me largué escapando de todo esto.

En estas profesiones siempre te dicen que si desapareces, es para siempre. ¿Tuviste ese miedo?

Me lo decían todos los que me rodeaban en aquella época: "Como te vayas, cuando vuelvas ya te habrá olvidado todo el mundo". No sucedió y si hubiese sucedido, pues muy bien. Al fin y al cabo me iba huyendo de aquella fama.

Eres muy futbolero, madridista en concreto. ¿Por qué el fútbol siempre está bajo sospecha en el plano cultural?

Yo he escrito de fútbol en Marca, AS, El Mundo, El País... Me encanta el deporte. El boxeo, el atletismo, la natación, hasta el curling. Soy un fanático del patinaje artístico. Debí ser de las primeras personas que hablo en los medios de este país de que había un tal Javier Fernández que era la hostia. Me miraban como si fuera un snob. Cuando vivía en Nueva York, iba al Yankee Stadium a ver béisbol con mi gorra y todo. En el periodismo deportivo se escribe muy bien. Cuando era muy joven, tuve la suerte de contactar en seguida con un núcleo de escritores muy futboleros, como Vázquez Montalbán o Javier Marías. Con Javier, que es muy amigo mío, de lo que más hablamos es de fútbol. Salimos a comprar libros y estamos todo el día con el Madrid. Tenemos otros amigos a los que no les gusta, como en cualquier profesión, pero nunca ha sido un anatema. Yo creo que es un prejuicio que se venció y volvió. No sé si es por Podemos, que todo lo que se identifica con deporte de masas es malísimo, poco intelectual... Llegaron otra vez las élites estajanovistas y empezaron a pensar que todo lo que es popular es malo, el opio del pueblo y todas esas gilipolleces. Lo que no deja de ser curioso pues ellos nacieron de un evento popular en una plaza.

sábado, 1 de mayo de 2021

Entrevista con la escritora Elisa Victoria

Entrevista de Quico Alsedo a Elisa Victoria para El Mundo, 21 de abril de 2021:

Elisa Victoria: "Mi vida ha sido terrorífica, muchas veces he tenido ganas de no haber nacido"

La pureza, la inocencia y, por oposición, la corrupción y la culpabilidad son los temas centrales de la escritora sevillana, que tras darse a conocer con Vozdevieja confirma su talento en El evangelio

¿Quieres ser madre?

Pero... ¿por qué me preguntas eso? Bueno... Es una pregunta extraña. Yo no quiero ser madre, pero... ¿Me lo preguntas porque en mis libros hay mucho interés en los niños, o...?

Bueno, sí, y también porque tu literatura me parece eminentemente femenina..

Yo no creo que mi literatura sea femenina, sino humana... Sí, yo querría saber la motivación de la pregunta, la verdad.

Bueno, en tus libros hay una preocupación clara por la infancia, por esa inocencia, y como periodista me interesa saber cómo respira respecto a la maternidad alguien que tiene esa mirada... Pero si prefieres no contestar...

No, sí, no pasa nada. Pues mira, yo no tengo intención de ser madre porque me genera un gran conflicto la idea, porque a los niños los veo con gran compasión y mi experiencia viniendo al mundo ha sido bastante traumática, un sufrimiento que ha rozado el terror muchas veces, y no deseo brindarle esa experiencia a un niño que mañana pueda mirarme y decirme: cómo te has atrevido a hacerlo, cómo te has atrevido a traerme aquí. Aunque yo sepa que la vida puede tener un lado luminoso, mi experiencia ha sido terrorífica y muchas veces he tenido ganas de no haber nacido. Me preocupan mucho los niños, soy una gran cuidadora y entiendo el sentimiento tan bello y pleno de la maternidad, pero prefiero centrarme en los que ya están en este mundo.

En la contraportada del nuevo libro de Elisa Victoria (Sevilla, 1985), El evangelio, Lali, la protagonista, maestra en prácticas en un colegio religioso, dice: «Mundo maldito, llévame a mí si quieres, que ya estoy podrida de todas formas, pero no me chafes a Alberto. A Alberto déjamelo tranquilo dando saltos en su casa vestido de gato, déjamelo que haga dibujos, que plante árboles, que baile, no le des sustos, no le des una pandilla que le ponga retos crueles, que se escape, que no se haga mayor como un cadáver dentro de un cuerpo grande con el que sea imposible volver a comunicarse, que no se queden sus huesitos arrojados en el interior de un tonto que monte un negocio vinculado con el diablo y se pase las jornadas firmando papeles y hablando con despotismo. No me pudras a este niño, mundo asqueroso, solo te pido eso, asústame a mi, enférmame, tortúrame, échame a una zanja y que nunca me encuentren, hazme daño a mí y a este niño que nada lo vuelva malo».

La pureza, la inocencia y (por oposición) la corrupción y la culpabilidad son, pues, temas centrales en las dos novelas hasta ahora publicadas por Victoria en Blackie Books, ambas vertebradas en torno a lo iniciático (o a cierta inmadurez, según quién las observe).

En Vozdevieja, Marina tiene nueve años y vislumbra el feo mundo de los adultos desde el ardoroso verano de la Expo 92 en Sevilla, entre una madre enferma y una particular abuela/hada madrina. En El evangelio Lali hace sus prácticas de Magisterio en un viscoso cole religioso mientras come precariedad currando en un Telepizza, folla al paso y de nuevo observa la adultez como quien mira a Marte.

«¿Si la vida está siempre empezando? Supongo que de alguna manera sí, siempre hay cosas que haces por primera vez, y ahí muchas veces viene el conflicto. Hay gente adaptadísima, gente que se adhiere a todo de inmediato, y luego estamos los otros, los que no. Yo muchas veces me he sentido como cuando eres pequeño y el jersey te pica mucho, luego lo que pasa es que a base de estar en esa situación ya no molesta... Pero a mucha gente nos queda siempre esa sensación de que la vida no se acaba de inaugurar del todo, de que estamos siempre en tránsito», dice por teléfono, desde su casa en la sierra de Huelva.

La voz literaria de Victoria, que ella desearía emparentada con Clarice Lispector y John Fante, tiene un punto torrencial, otro de crudeza, rápida métrica y, por encima de todo, persigue claramente la sinceridad. Lo mismo sucede cuando se le cuestiona sobre lo más básico. Victoria abre el telón con la misma inocencia que subliman sus historias, y de nuevo todo retorna a lo primigenio:

¿Por qué escribes?

Escribo porque tengo el mismo sentimiento que cuando empecé. Cuando pasaba de la pubertad a la adolescencia, y no me sentía cómoda con mi persona ni con el mundo. Tenía grandes complicaciones sociales, no sentía que encajaba, empecé a tener ansiedad, dormía poco y empecé a escribir un poco por diversión personal y un poco por los libros que leía. Mientras tenía lugar el proceso, ese ver cómo mi mano deslizaba el bolígrafo sobre el papel, sentía que mi existencia tenía sentido. Me daba igual si se me daba bien o no. Me calmaba y con eso bastaba. Ahora escribo porque me causa más satisfacción que nunca, estoy más segura de ello y creo que tengo buena comunicación con ese monstruo que te impulsa a escribir, que no se sabe de dónde viene.

Victoria admite que, ahora mismo, con El evangelio en la rampa de lanzamiento, ya no sabe muy bien qué ha escrito: «Da un vértigo enorme salir de esa reclusión y ver eso en lo que has pensado tanto antes con su corporeidad, convertido en un objeto. Incluso te causa cierta desvinculación con tu obra. Deja de pertenecerte».

Sus libros comparten cierto ánimo revisionista muy en el ambiente en esta España de hoy, detenida, ensimismada y tristona: el primero miraba a la lejana España del 92, cuando ella tendría siete años (y su protagonista nueve); el segundo se sitúa en 2005-2006, en la preburbuja del ladrillazo. Un mundo concomitante, por diversos motivos, con el de Las niñas, la hermosa película de Pilar Palomero, triunfadora en los Goya: «Pues me lo decían mucho, la he visto ahora, me ha encantado y es cierto que tiene mucho en común...».

Define bien a Victoria el hecho de que Lali, su protagonista, parece aprender más en el Telepizza (en el que la propia escritora trabajó) que en la universidad: «Aprendes a observar, a interpretar cómo te observan los demás, a respetar, a ser mejor cliente. Aprendes lamentablemente cuáles son los cimientos de la civilización: te explotan. Aprendes a coordinarte con los demás... Aprendes a respetar».

Pureza + extrañeza + inadaptación. Consecuencia: ¿en qué trabajas ahora, Elisa? ¿Cuál será el próximo paso? «Me apetece escribir algo de terror»

lunes, 15 de marzo de 2021

Enrique Laso, el Stephen King español

Muy triste el caso de Enrique Laso, un escritor extremeño de terror y de thrillers de primera clase, pero demasiado sensible y depresivo. Algo más podéis saber de él aquí.


Extraído de su poemario Lo que los árboles me contaron:


No he nacido para ser pierna, ni manos, ni labio

Ni siquiera he nacido para ser corazón

o cerebro

No nací para restar media vida trabajando

He nacido para ser lágrima / y beso / y sabor / y aliento

He nacido para ser pensamiento

Y de pensamiento en pensamiento

con los años convertirme en sueño.

viernes, 15 de enero de 2021

Los mundos de Ursula K. Le Guin

 Andrés Granbosque, "La filosofía de Ursula K Leguin", en su blog, 22 de enero de 2020

Ayer se cumplieron dos años del fallecimiento de Ursula K Leguin. Es mi escritora favorita, mi filósofa de referencia y un ejemplo a seguir. Precisamente en los meses previos me había estado apoyando en sus enseñanzas para superar baches.

De antemano pido disculpas por las erratas que pueda haber en el texto porque no he tenido aún tiempo de revisarlo a fondo, y la impaciencia por publicarlo me ha podido

Hay tantas cosas que me gustaría decir de su inmensa obra de que no sé por dónde empezar. Así que voy a ir directamente al grano con sus libros e intentaré despedazar lo que he ido aprendiendo con ellos.

ANTROPOLOGÍA

Los Desposeídos

El primer libro que leí de ella fue Los Desposeídos. Cuenta la historia de un físico, Shevek, que viaja desde su luna natal, en la que impera un sistema anarquista al planeta principal en el que hay otros regímenes políticos.

Este libro es un punto de partida ideal para conocer la obra de Ursula porque desarrolla los temas que le obsesionan y que se repiten constantemente. No sólo eso, sino que los expone de forma brillante, así que me voy a detener un poco más en esta novela.

La descripción de la sociedad anarquista es una de las más realistas que se han realizado en la literatura. Y lo más importante es que deja mucho espacio a la reflexión y a los dilemas morales.

Lejos de presentar la sociedad anarquista como una utopía idealizada, saca todos sus trapos sucios y las dificultades a las que se enfrenta.

Un buen ejemplo es el uso del lenguaje. Cita de la wikipedia:

El libro también explora algunos aspectos de la hipótesis de Sapir-Whorf sobre las relaciones semánticas del lenguaje y los conceptos básicos del mundo; concretamente a través de la modificación del lenguaje de los anarquistas, que desaprueban el uso de determinadas categorías gramaticales como el uso del posesivo (por ejemplo, los niños aprenden a hablar del pañuelo “que yo uso” en vez de “mi” pañuelo, pañuelo que “comparto contigo” en vez de “prestártelo”,… siendo la idea que las personas llevan y utilizan cosas en vez de poseerlas). El lenguaje hablado en Anarres (právico) es un lenguaje artificial que refleja muchos aspectos de los fundamentos filosóficos de una utopía anarquista.

En Anarres el idioma se modifica, ligeramente, para hacer concordar el pensamiento de sus habitantes con el ideal de sus fundadores. Es más difícil pensar en lo que no se conoce. (hola, pin parental 🙄)

Otro ejemplo interesante es que los nombre propios no los eligen los padres (ni siquiera existe el concepto de familia), sino que los elige una máquina y a cada persona le asigna un nombre único, inventado, teniendo en cuenta que no haya otro nombre parecido en la misma zona geográfica, para que no haya confusiones. ¿Qué te otorga más libertad, un nombre arbitrario decidido por tus padres o un nombre que no tiene nadie más en el mundo?

Este equilibrio entre libertad e imposición se deja entrever en muchos aspectos de la sociedad de Anarres. La clave está en que la generación que fundó esa sociedad, lo hizo con convencimiento y sabiendo que debía renunciar a ciertas cosas. Pero ese sacrificio de comodidades en favor de principios morales no tiene por qué mantenerse en futuras generaciones. Los niños nacidos en Anarres no han vivido los horrores que llevaron a los fundadores a crear esa sociedad y no tiene por qué estar convencidos de que sea lo ideal.

¿Me atrevo a decir que las palabras son las sustitutas de las leyes? ¿Que los sutiles cambios en el idioma de Anarres son el pegamento que mantiene estable su sociedad?

LITERATURA

La gracia es que la historia no va sobre nada de esto que he contado. Es una historia de ciencia ficción tecnológica sobre el desarrollo de una nueva forma de comunicación, pero Ursula es una experta en no contar, es decir, que consigue que el lector vea todos esos dilemas por él mismo, sin plantearlos explícitamente. Incluso en algunas historias, como Paraísos perdidos los personajes se enfrentan y discuten por cuestiones que les parecen trascendentales mientras uno, como lector, se plantea otras cuestiones que para ellos pasan desapercibidas.

Eso es dificilísimo de conseguir para un autor. La vía más sencilla y habitual es confrontar a los propios protagonistas y de esta forma guíar al lector hacia la reflexión. Por eso, además de una maestra en cuanto a conocimiento, también la considero una maestra en las formas. No es muy habitual encontrar autores de ciencia ficción y fantasía que tenga un estilo tan depurado y tan lírico.

Volviendo a Paraísos Perdidos, que es mi relato favorito, también toca el tema recurrente de las palabras y el idioma. El relato, que no lo he contado arriba, va sobre cómo evoluciona el pasaje de una nave generacional, es decir, una nave espacial que va a tardar siglos en llegar a su destino. Los habitantes van dejando de necesitar muchas palabras (por ejemplo, para referirse a animales, objetos, clima, terrenos…) y simplemente desaparecen o adquieren otro significado. Para aquellos a los que os interese el tema, es más que recomendable.

El cumpleaños del mundo es otro relato corto que habla de temas tan extravagantes como el contacto entre civilizaciones en diferentes grados de desarrollo (una tribu preindustrial recibe la visita de unos astronautas) pero narrado como un cuento, con una prosa poética preciosa, a la altura de los más grandes.

Estos temas, el estudio de las sociedad humanas y el lenguaje, se repiten constantemente a lo largo de su obra. Escribió un montón de novelas ambientadas en un mismo universo ficticio, que se han llegado a conocer como Ciclo de Hainish. Se pueden leer independientemente porque son autoconclusivas, pero todas tienen en común una federación galáctica de mundos habitados, llamada Ecumen que envía diplomáticos a mundos con los que se había perdido el contacto para integrarlos en la red.

Esta premisa es una excusa estupenda para retratar comunidades humanas exóticas y diferentes a la nuestra.

ROMPIENDO BARRERAS

A este ciclo pertenece una de sus novelas más aclamadas, La mano izquierda de la oscuridad. Esta es la reseña de la editorial Minotauro:

Ai, enviado al planeta Gueden, también llamado Invierno por su gélido clima, con el propósito de contactar con sus habitantes y proponerles unirse a la liga de planetas conocida como el Ecumen. Los guedenianos tienen una particularidad que los hace únicos: son hermafroditas, y adoptan uno u otro sexo exclusivamente en la época de celo, denominada kémmer. En Invierno, Ai conoce a Estraven, un alto cargo que le mostrará cuán diferente puede llegar a ser una sociedad donde no existe una diferenciación sexual.

Hablamos de 1969. Ahora puede que no parezca un tema muy escandaloso pero en su contexto fue una historia revolucionaria. Y de nuevo, lo que narra la novela, que no es más que un viaje en el que dos personas muy diferentes se ven obligadas a entenderse para sobrevivir, muta en un estudio sobre las relaciones humanas.

De Wikipedia:

La afirmación más provocadora de la autora es que tal mundo no tendría una historia de guerra (…) Una cultura utópica como la de Gueden está intencionalmente desprovista de la noción de “la guerra”, pero fuertemente marcada por la noción de “la intriga” que influye fuertemente en los destinos del planeta.

La propia Ursula reconoció años más tarde que había cometido un error, y es que a esos seres con género neutro los nombraba como “él” ante la falta de una palabra en inglés más adecuada. “Ella” habría sido igual de impreciso pero quizás más reivindicativo, o mejor aún, podría haberse inventado un pronombre.

CIENCIA FICCIÓN Y FANTASÍA

El tema del género y la desigualdad también lo ha tratado de forma mucho menos extrema, en novelas y relatos. Sociedades matriarcales, mundos en los que hombres y mujeres viven en ciudades diferentes, mundos en los que los matrimonios son uniones de cuatro personas… Formas de organizarse (y sobrevivir) tan arbitrarias y adecuadas (o equivocadas) como la nuestra.

La fantasía y la ciencia ficción son el medio en el que ella despliega su imaginación.

Este discurso, al que merece la pena dedicarle unos minutos para escucharlo completo, es toda una declaración de intenciones.

En resumen, y en mis palabras, viene a decir esto:

Ahora vivimos en un sistema capitalista y parece imposible que cambie. Pero también parecía imposible que pudieran cambiar tantos sistemas sociales pasados, como las monarquías o el feudalismo. El mayor freno que se encuentra la sociedad para cambiar es la creencia de que no es posible cambiar. Por eso, el mundo necesita escritores de fantasía, porque la fantasía es capaz de mostrar a las personas que otras formas de vivir son posibles.

FILOSOFÍA

Cuatro caminos hacia el perdón es otra novela que hay que leer (a pesar de que el título parezca de un libro de autoayuda inútil) y de la que se pueden aprender grandes lecciones.

Cuenta cuatro historias ambientas en un planeta con una sociedad esclavista, justo en el momento en que la sociedad está a punto de cambiar radicalmente. Son cuatro historias desde distinto puntos de vista: héroes y villanos, ganadores y perdedores. A decir verdad, no hay nada en esta narración que no sea similar a la historia de sociedades reales, ni las historias son muy diferentes a la de países africanos que han sufrido la misma suerte. Podría haberse limitado a contar la historia de la esclavitud en África. Pero la forma de describir una sociedad tan compleja desde tantos ángulos, verla desde lejos y a la vez desde muy cerca logra que esas historias sobre alienígenas con piel azulada te acerquen aún más a nuestro mundo real.

Es otra de mis novelas favoritas. Reconozco que la primera de las cuatro partes es dura y pesada, pero a medida que avanzan las historias y van encajando se transforma en una experiencia muy emotiva y en un ejercicio de empatía que no le viene mal a nadie.

Y sobre Omelas no me voy a entretener en escribir porque ya se ha dicho mucho. Sólo recomiendo leer esto: 

https://es.wikipedia.org/wiki/Los_que_se_alejan_de_Omelas

TERRAMAR

He dejado para el final esta saga porque vale la pena analizarla aparte.

El ciclo de Terramar consta de seis novelas y algunos relatos cortos que fueron escritos entre 1964 y 2001. Esto es importantísimo porque le da a la saga un carácter único. No es una serie de libros escritos uno tras otro de forma más o menos planificada, como Harry Potter (y esto no lo digo como crítica ni mucho menos).

Ese espacio de tiempo que ha transcurrido entre cada una de las historias muestra, de forma clarísima, la evolución de la autora (como escritora y como persona), así como la evolución del público (lectores a los que se dirige) y de nuestro mundo.

El primer libro se llama Un Mago de Terramar y surgió como respuesta a la fantasía masculina de otras obras como El Señor de los Anillos. Hay que decir que Ursula admiraba a Tolkien, e incluso dedicó un ensayo.

Hay una entrevista en castellano muy completa aquí: 

docemoradas.com

Pero no estaba muy contenta con los valores heroicos y de exaltación de la virilidad que se asociaban con el movimiento de literatura fantástica que estaba haciéndose popular.

Su protagonista, Ged, no es un mago poderoso. Es un pringado aprendiz de mago que no sabe nada de la vida y en la escuela de magia, más que a hacer magia, le enseñan a no hacerla.

Y para una vez que usa la magia, por curioso, la lía bien gorda.

Todas las lecciones que debe aprender son del tipo: si subes la marea en una costa, va a bajar en otra (porque el agua no es infinita, sólo la vas a mover). Si atraes lluvia en un lugar, la quitarás de otro lugar en el que quizás la necesiten tanto como tú.

Esas lecciones son pura filosofía taoísta. De hecho, Ursula se interesó mucho por el taoísmo hasta el punto de traducir el Tao Te Ching.

Cuando enciendes una vela, también arrojas una sombra

Otro detallito es que el protagonista es negro. Y los malos son los blancos y rubios. Eso no tiene ninguna importancia en la historia pero era una forma de darle visibilidad a las minorías que nunca tienen presencia ni voz. De hecho, muchos lectores ni siquiera se percataron de eso, porque lo dice de pasada. Tuvo algún rifirrafe con la editorial porque inicialmente en la portada pusieron el dibujo de un niño blanco como la leche.

A raíz de esto, voy a rescatar otro discurso que dio sobre la importancia de darle voz a quien no la tiene:

Leí Un mago de Terramar hace muchos años y me gustó, es una historia entretenida, cargada de enseñanzas y muy muy bien escrita. Aunque tampoco es que me pareciera una obra maestra en ese momento ni me dio por pensar que los 5 libros posteriores pudieran aportar mucho más.

Mucho tiempo después, en 2017, que fue un año fatídico para mí a nivel personal, me topé por casualidad con Las Tumbas de Atuan, el segundo de la serie.

La primera sorpresa fue que cambiábamos de protagonista. En este libro nos ponemos en la piel de una niña. Una niña que ha sido elegida para ser la voz en la tierra de unos dioses. Unos dioses a los que nunca ha visto y con cuyas formas de actuar no está del todo acuerdo. Pura filosofía de nuevo. Y pura tragedia, de hecho, es un libro mucho más oscuro y adulto.

Si tuviera que ponerle una pega, sería la aparición de Ged, el protagonista masculino al final (sin spoilers). Entiendo que es una forma de enlazar los dos hilos narrativos, pero aquí Ursula cae en los propios tópicos contra los que luchaba.

La costa más lejana a decir verdad me parece el libro menos relevante de la saga, pero también era necesario. Ya que estamos en un mundo de enfrentamientos entre humanos y dragones, donde se cantan las grandes gestas de héroes y magos, era de justicia que conociéramos la gesta de Ged, ya que lo hemos acompañado desde que era un aprendiz.

He dicho que Ursula se dio cuenta de sus errores y de que no había llevado demasiado lejos sus principios de machacar los estereotipos. No lo digo yo, lo ha dicho ella misma.

Un artículo interesante sobre este tema:

tor.com

Así que con el cuarto libro de la saga, Tehanu cambia de registro completamente. Se da cuenta de que hasta ahora estaba contando los hechos desde el punto de vista de los que escriben la historia. Esto no quiere decir los vencedores, sino los protagonistas. Ya sea en un mundo de fantasía medieval o en uno futurista de ciencia ficción, siempre hay un puñado de personas importantes: reyes, héroes, dirigentes, elegidos… que parecen ser los que dirigen el mundo, frente a la masa de la población común.

En Tehanu nos lleva a la parte del mundo que nadie quiere visitar, por la que nadie se interesa. Nos lleva de la mano con una niña abandonada y maltratada por sus padres. Es un libro duro y melancólico. No es el viaje del héroe.

¿Qué hace una persona profundamente herida para salir adelante? Puede curarse, sanar sus lesiones, pero… ¿cómo consigue recuperar las ganas de vivir en un mundo que la ha tratado así?

En el mundo de Terramar las mujeres no pueden ser magos, como mucho brujas. El gran archimago Ged también ha perdido su poder y se ve forzado a vivir al otro lado, al lado de los que necesitan protección, y no solo física

En Cuentos de Terramar, que es el quinto volumen y se compone de varios relatos ambientados en épocas anteriores, profundizamos en el mundo de Terramar y comprendemos sus costumbres y culturas.

Se dan respuestas a cuestiones de base como ¿por qué las mujeres no pueden ser magos? Spoiler: las respuestas a veces son bonitas, no son lo que queremos escuchar, pero son realistas. Al final, resulta que este mundo lleno de magia y milagros arbitrarios es sorprendentemente coherente y parecido al nuestro.

En el plano literario este libro me parece una absoluta genialidad porque siembra (sin que te des cuenta y sin que tenga relevancia para esos relatos) algunas ideas que desarrollará en el siguiente y último libro de la saga.

Aquí plantea algunas ideas con una gran carga filosófica. Me llamó mucho la atención la reflexión que hace sobre la condición humana. Aquí no quiero hacer spoilers y no voy a hablar mucho, aunque me encantaría.

Tanto Tehanu como algún otro personaje se han sentido como que no forman parte del mundo en el que viven. Y tantos de nosotros. No es una locura pensar que a lo mejor es así, que no pertenecen a este mundo. Eso es una metáfora, claro, pero hablamos de división de opiniones, de diferentes formas de ver el mundo, de creencias u opiniones políticas. De principios. En Terramar, como en cualquier mundo, hay seres con diferentes prioridades. Hay quien se interesa por lo pragmático, lo material, lo mundano; y quien se interesa por lo espiritual, el conocimiento…

¿Pueden convivir pacíficamente esas dos facciones? ¿Y qué pasa si un individuo vive entre personas con una forma de percibir el mundo radicalmente diferente a las suyas? Vuelvo al vídeo que puse arriba. La importancia de conocer lo diferente a lo que nos rodea

Sé que estoy hablando en enigmático para no destrozar los libros, pero me parece que se entiende que aquí hay cuestiones muy complejas que además expone como el que no quiere la cosa, con cuentecitos. Por eso la considero una filósofa por encima de escritora y de antropóloga.

Y para terminar tenemos En el otro viento. Es una novela coral, con más acción e intriga política y el protagonismo se reparte entre varios hilos y personajes.

Es una magnifica conclusión y repito la palabra: genialidad.

Aquí encontramos respuesta al gran axioma en el que se fundamenta toda la saga: la histórica rivalidad (por llamarlo de alguna manera) entre humanos y dragones.

Esta novela fue escriba unos cuarenta años más tarde que la primera, Un mago de Terramar. La señora tardó cuarenta años en explicar algo que podría haber hecho en la página 1. Además, ha contado muchas veces que no tenía previsto escribir tantos libros sobre este mundo. Pero aquí tenemos unos giros argumentales de esos que le dan la vuelta a todo, incluso a quienes son los “buenos” y los “malos”, que me cuesta creer que no lo tuviera previsto desde el principio.

En serio que me costaba creerlo. Pero tras leer muchas entrevistas y artículos me medio (solo medio) convenció. Solo era cuestión de adoptar otro punto de vista, que a lo mejor no eres capaz de conseguir en una época de tu vida pero sí en otra. Por eso este final no podría haber sido escrito antes. En alguna entrevista también dijo algo así (traducción libre):

Muchas personas jóvenes, al ver la realidad de la vejez como algo totalmente negativo, ven la aceptación de la edad como algo negativo. Al querer tratar a los ancianos con un espíritu positivo, se ven obligados a negarles su realidad. Con la mejor intención, la gente me dice: ‘¡Oh, no eres tan vieja! Decirme que mi vejez no existe es decirme que no existo. Borra mi edad, borra mi vida… yo'.

CINE

Lathe of heaven

Como curiosidad, comentaré que hay dos adaptaciones al cine del universo de Terramar. Una es el maravilloso Estudio Ghibli, pero la adaptación es decepcionante. En palabras de Ursula

Buena película. No es mi historia.

Y la otra, por la cadena SyFy, casi mejor ni hablar de ella. 

Convirtieron al pequeño niño mago negro y pringado en un He-Man rubio, lo cual la cabreó bastante y podemos ver en este comunicado.

Sin embargo, existe un guion que escribió junto al director británico Michael Powell que nunca llegó a ninguna parte. No lo puedo compartir pero circula por Internet y es todo un regalo para los fans.

También hay una adaptación de La rueda celeste de 1980 que es bastante digna.

ENLACES

Dejo aquí una recopilación de todos los enlaces que he ido citando:

Los Desposeídos Una utopía anarquista

Cuatro caminos hacia el perdón Retrato de una sociedad esclavista

Paraísos Perdidos Novela corta ultra recomendada

El cumpleaños del mundo Uno de los relatos más bonitos

Ciclo de Hainish Conjunto de libros que comparten universo

Ecumen Liga de mundos

La mano izquierda de la oscuridad Su novela más aclamada

Terramar Ciclo de varios libros y relatos: Un Mago de Terramar Terramar 1; Las Tumbas de Atuan Terramar 2; La costa más lejana Terramar 3; Tehanu Terramar 4; Cuentos de Terramar Terramar 5; En el otro viento Terramar 6.

Editorial Minotauro ha vuelto a publicar algunos de sus clásicos

docemoradas.com Entrevista en castellano

Viaje del héroe Estructura muy común en relatos y ficción

Siembra Recurso narrativo

Tao Te Ching Texto principal de taoísmo

Nave generacional

Comunicado sobre la adaptación a TV de Terramar