lunes, 9 de enero de 2017

Un pasaje de Tácito en Quevedo

Recuerdo cuando traducía la Vida y costumbres de Julio Agrícola de Tácito para el indeclinable Luis de Cañigral. Se me quedaron algunos pasajes en la memoria, como el hexámetro de un poeta desconocido: Haud semper errat fama: aliquando et elegit ("no siempre erra la fama: a veces también atina") y un pasaje ya bastante más citado: Auferre, trucidare, rapere falsis nominibus imperium, atque ubi solitudinem faciunt, pacem appellant (cap. XXX) donde describe los efectos que sobre los bárbaros producía la conquista romana a través del discurso del rebelde britano Caractato: "Al saqueo, el asesinato y el robo lo llaman con el falso nombre de gobierno, y hacen un desierto y lo llaman paz".

Era un historiador que procuraba ser imparcial al impasible estilo de su modelo Tucídides, al que también intenté traducir penosamente: sine ira et studio ("sin rabia ni interés"), y creo sinceramente que dijo filosóficamente lo que Tucídides insinuó y nunca llegó a escribir y a lo que nunca llegó otro de sus discípulos romanos, Salustio; fue el único que registró, aun sin darle importancia, los tempranos disturbios que provocaba un tal Cresto (Cristo) en Roma y escribió cosas memorables que se nos pueden aplicar perfectamente, como “Muchas son las leyes en un estado corrupto”, “es poco atractivo lo seguro, en el riesgo hay esperanza”,  “persiguiendo a un escritor se aumenta su prestigio”, “el respeto es mayor desde lejos”, "la verdad se robustece con la investigación y la dilación; la falsedad, con el apresuramiento y la incertidumbre”, "por buena tiene esta vida quien no la conoce”, “es un error de la maldad humana alabar siempre el pasado y desdeñar el presente”, “si es preciso sucumbir, enfrentémonos antes con el azar”, “irritarse por un reproche es reconocer que se ha merecido” o “en todas las cosas parece existir como ley un círculo” y algo que se podría aplicar perfectamente a Macbeth: “El poder conseguido por medios culpables nunca se ejercitó en buenos propósitos. El poder no está nunca seguro si es excesivo. Para quienes ambicionan el poder no existe vía media entre la cumbre y el precipicio. Nadie ejercitó jamás bien un poder conquistado maliciosamente”.

Tardé mucho en hacerme con una edición en francés de sus Historiae, comprada en una librería de segunda mano de Benidorm, y aún mucho más en conseguirme una en castellano y bien encuadernada de sus Anales, pero acabo de darme cuenta de que en la Epístola satírica y censoria al conde-duque de Olivares de Quevedo hay una cita de Tácito que ha pasado desapercibida

Escribe el historiador romano en sus Historias (I, 1): Rara temporum felicitate, ubi sentire quae velis, et quae sentias dicere licet. “Rara felicidad la de estos tiempos, en los que se puede pensar lo que se quiere y decir lo que se piensa”. Y Quevedo lo rehace así:

¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?

En la lengua del Siglo de Oro "sentir" tenía el significado de "lamentar". Y la "lengua" de Quevedo tuvo ocasión de lamentar lo que decía, pues sufrió destierro por ello. Hubo toda una corriente de pensadores del Siglo de Oro español que se denominó tacitismo. Tierno Galván les dedicó un ensayo, tal vez porque muchos de los cuales fueron críticos con el gobierno de los Austrias; en realidad, el tacitismo era un nombre prestigioso que se podía alegar para aludir veladamente a las doctrinas del nefando, vitando, aborrecido Maquiavelo, según las cuales el absoluto apoyo de la monarquía española a la iglesia era absurdo y contravenía los intereses nacionales de España, si es que esta nación era un estado con intereses propios y no un mero sirviente de la tiara: había que hacer girar la política sobre intereses presentes y realistas, y no sobre los pasados. Y cuando Quevedo vio la posibilidad de un cambio con la privanza del famoso Olivares, eso fue lo que pensó; y también lo que marró: por eso fue desterrado cuando empezó a frecuentar compañías lejanas al poder omnímodo del privado.

Premio Nadal a Care Santos

Carles Geli, "Care Santos: “Este país tiene unos cuantos perdones pendientes”. La escritora obtiene con 'Media vida' el 73º Premio Nadal", en El País, 7 ENE 2017 

No hace mucho, Care Santos (Mataró, 1970) desempolvó su vieja máquina de escribir y se la mostró a sus tres hijos, dos de ellos preadolescentes, que contrastaron teclados con los de hoy, pusieron papel en el carro… El episodio doméstico dice mucho de la escritora catalana: está su pulsión por la escritura, que empezó con ocho años, y, por otro, la huella del pasado, uno de los hilos que cose su ya notable producción literaria y que también aflora en Media vida, la novela con la que la pasada Noche de Reyes obtuvo el 73º Premio Nadal, convocado por Destino. “Somos inexorablemente fruto de las cosas que nos han sucedió y de la gente que, a lo mejor sin recordarla, se nos cruzó en el camino; y eso me interesa como persona pero también como ciudadana, me preocupa que mis hijos entiendan el mundo”.

De esa inquietud cívica quizá venga la reflexión sobre el perdón, verdadero eje de la novela, que aparecerá (catalán y castellano) a principios de febrero. El perdón sobre un suceso oscuro que viven cinco niñas en un internado de monjas en la España de los 50 y que aflora en una cena de reencuentro 30 años después. Esta vez, la génesis no está en una de las historias que le contaba su abuela Teresa los domingos de pequeña sino “en la experiencia de una cena que hice en casa con compañeras de Primaria y un préstamo de la memoria de mi madre, con esos internados con las niñas pobres haciendo casi de criadas de las ricas, y esa educación castradora, aunque sin historia truculenta”. Como argamasa, la lectura de un aforismo de La lectura como plegaria, del filósofo Joan-Carles Mèlich: “Sólo se puede perdonar lo imperdonable”. “Es un tema que me inquieta: pedir perdón hoy está de moda, pero es un perdón solo de cara a la galería; estamos más preocupados por el gesto que por el significado; la sinceridad en el perdón de hoy es cero; es algo que no se puede delegar y se hace, y si es sobre algo que tiene reparación es absurdo pedirlo, más vale arreglarlo”, sostiene.

En estos tiempos de la posverdad, ese gesto aún queda más en entredicho, para Santos: “Al ignorarse los hechos como tales, como las cosas en el fondo no pasan, eso nos exonera de la incomodidad de pedir perdón”. El perdón, el olvido y la culpa, coordenadas de Media vida, son aún más ignotas en España: “Este país tiene unos cuantos perdones pendientes, aunque ya no queden las víctimas; especialmente la Iglesia, que durante la Guerra Civil se fue con los malos”, dice citando a una de sus protagonistas. Santos es especialmente dura con “una parte de esa iglesia, ese clero invisible… Soy apóstata desde hace 10 años, desde las protestas por los matrimonios homosexuales”.

La novela transcurre durante la cena, que tiene lugar el 29 de julio de 1981, cuando se aprobó la Ley del Divorcio, que volvió a enfrentar a las dos Españas. “Es un anclaje histórico para las protagonistas, con las que quiero homenajear a las mujeres nacidas en los años 30, nunca valoradas: evolucionaron mucho a contracorriente de lo que les fue enseñado”. A pesar de tener fama de ello, esta es la primera vez que construye, admite, una novela femenina: “Los hombres son una anécdota aquí, pero un lector de verdad verá, independientemente de ello, humor y autocrítica, tampoco soy de las que soportan las novelitas dulces, y la autocomplacencia de sexo: somos también muy insoportables y cierto feminismo se equivoca en cómo trata a los hombres, ha hecho mucho daño a la causa”, admite sin remilgos.

Santos garabateó sus primeros textos a los ocho años y a los 25 ya publicaba (Cuentos cítricos). Hoy tiene más de una treintena de libros, bastantes en el Grupo Planeta, que en una estrategia endogámica usual ya la había catapultado con el premio Ramon Llull en 2014 por Deseo de chocolate y publicado su último libro, Diamante azul, en la misma Destino (2015). “Literatura es para mí salvación: de pequeña me rescató de un aburrimiento galáctico y fue mi ventana a un mundo paralelo que me gustaba más que el mío; crear específicamente uno a medida era un paso natural”, dice esta fan de la narrativa del XIX, con Turgeniev a la cabeza (“era una literatura pensada para seducir, sin el ensimismamiento de la autoficción de hoy”).

En la extensa producción de la autora de Habitaciones cerradas (2011, recién adaptada en televisión), hay dos minúsculas obras de poesía. “Son opera prima y poesía completa a la vez porque no haré más: no soy suficientemente buena; escribo casi cada día versos, cuando el alma me desborda; es lo más cerca que estoy, como escritora, de esa chica de 16 años que fui; en las novelas quedas más camuflada por el montaje”. Una tercera parte de sus ahora ya 12 premios proviene del campo de la narrativa juvenil. ¿Hasta cuándo podrá conectar con esos lectores? “Son un termómetro real de tu capacidad de seguir seduciendo con la literatura, es como ir al gimnasio del oficio; el día que los pierda me preocuparé como escritora”.

Meryl Streep dice unas cuantas verdades de barquero migratorio

(Para entender bien esta noticia hay que saber que extranjero en inglés significa también "extraño")

El discurso anti-Trump de Meryl Streep que emocionó a Hollywood. "La falta de respeto provoca más falta de respeto. La violencia invita a la violencia", dijo la actriz al recoger el premio Cecil B.De Mille en la gala de los Globos de Oro.

"Todos los que estamos en esta sala pertenecemos a dos de los sectores más vilipendiados: extranjeros y prensa". Así arrancó la actriz Meryl Streep su discurso en la gala de los Globos de Oro que terminó convirtiéndose, sin mencionarlo, en el más firme alegato contra el presidente electo de EEUU, Donald Trump.

La protagonista de Memorias de África (1985) agradeció emocionada el premio Cecil B.De Mille a su carrera e hizo un repaso a buena parte de los actores nominados esa noche a los Globos de Oro, como Ruth Negga, protagonista de Loving, de origen irlandés y etíope, o Ryan Gosling, que acababa de recoger el premio a mejor actor por La La Land.

"Ryan, como casi toda la gente simpática, es de Canadá", afirmó la actriz entre los aplausos de sus compañeros. "Hollywood -agregó- está lleno de extranjeros, de forasteros. El único trabajo de un actor es sacar a la luz la vida de personas diferentes (...) Si expulsan a los extranjeros sólo veremos fútbol".

Meryl Streep criticó además que haya personajes públicos que inciten a la violencia con su comportamiento o sus discursos. "La falta de respeto provoca más falta de respeto. La violencia invita a la violencia", afirmó.

Por eso, hizo hincapié en la importancia de la prensa en la gala de los premios de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA). "Necesitamos que la prensa defienda y saque a la luz todas las historias, que hagan que los poderosos respondan de sus actos. Todos tenemos que apoyar a nuestros periodistas porque los vamos a necesitar", agregó.

Un discurso breve y firme de la actriz más prestigiosa de Hollywood, la más premiada y con una enorme capacidad para "escanear" a las personas con su mirada, como dijo al presentarla su amiga Viola Davis, con la que trabajó en Doubt. "Me siento orgullosa de ser actriz gracias a ti", afirmó.

Meryl Streep, que fue recibida con una cerrada ovación y con todo el auditorio en pie, ha ganado a lo largo de su carrera ocho Globos de Oro -de 30 nominaciones- y tres premios Óscar -de 19-.

Ahores y arpagos

Ahores era el nombre que daban los antiguos griegos a los niños muertos de menos de 14 años, del griego “αωρος” (aōros), que significa el que no ve la luz, forma agente de “αορια” (aoria) tiniebla, compuesto por el prefijo privativo griego “α” y de “ορια” (oria) simetría de “οραω” (oraō) yo veo. Los arpagos, (de arpago, "yo arrebato") entre los latinos, era más o menos lo mismo: bebés demasiado jóvenes para morir. En ambos casos no se les hacía funeral, ni se les erigía tumba ni epitafio sino hasta el momento en que saliera el Sol, porque se pensaba que los arrebataba la diosa Eos (Aurora); su alma permanecía errante hasta que alcanzaban la edad en que hipotéticamente debían haber muerto, y entonces acudían a su destino en el báratro.

El discurso complejo interfiere el contacto visual

Eva Carnero, "Hablar sin mirar a los ojos no es de mentirosos. Su cerebro puede hacer muchas cosas al mismo tiempo, pero desarrollar un discurso y mantener el contacto visual no son dos de ellas" El País, 9 ENE 2017

Somos capaces de enviar un mensaje de Whatsapp y atender el GPS de reojo, contestar una llamada mientras leemos las noticias o tener un debate acalorado con nuestra pareja a la vez que compramos el pan. Sin embargo, conversar y fijar la mirada en nuestro interlocutor, algo que a priori parece la más sencilla de las tareas, se nos resiste. Nuestra capacidad multitarea es limitada y no siempre podemos simultanear dos actividades, al menos sin que una de las dos salga perjudicada. Así lo creen los psicólogos japoneses Shogo Kajimura y Michio Naumura de la Universidad de Kyoto, quienes afirman que la construcción de un discurso complejo interfiere en el mantenimiento del contacto visual.

Según los autores del estudio, nos vemos obligados a elegir entre hablar con propiedad o saber de qué color son los ojos del que tenemos enfrente. Cristina Larroy, directora de la Clínica Universitaria de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, añade: "Cuando queremos escoger bien las palabras, tendemos a desviar la mirada y a fijarla en un punto. Este es el mecanismo por el que evitamos destinar recursos a procesar la información que nuestro interlocutor nos está enviando y utilizarlos para recordar y definir nuestro discurso". Como afirman los investgadores japoneses, "cuanto más complicada es la hisoria que estás contando (o la excusa que estás elaborando), más difícil se hace mantener el contacto visual". Lo que nos lleva a preguntarnos si es cierto que una mirada esquiva puede ser la señal de que no nos cuentan toda la verdad.

No me mira, ¿me está mintiendo?

"Cuando mentimos tendemos a controlar muchos procesos de forma simultánea: inhibir la verdad, fabular la mentira, controlar nuestro lenguaje corporal... Por tanto, si nos centramos más en los recursos cognitivos (pensar rápido y bien), nuestro lenguaje corporal se ralentiza, nos movemos menos y tenemos una mirada de concentración, lo que dificulta mirar a los ojos", explica Martos. En el extremo opuesto, un artículo publicado en el Journal of Nonverbal Behavior asegura que establecer contacto visual de forma deliberada también puede ser señal de engaño: "Los que mienten tienen un deseo mayor de resultar convincentes, lo que les inclina a observar al interlocutor para comprobar que les están creyendo".

Pero la complejidad del discurso, aunque sea para explicar un problema de matemáticas, no es la única razón por la que desviamos la mirada: "Los que más la rehúyen son aquellos individuos que presentan fobia social. Muchos de ellos son incapaces de levantar la mirada del suelo", asegura la psicóloga clínica Pura Hernández, de Garner Psicólogos.

Para Larroy, además, "la distancia y la jerarquía entre los interlocutores pueden influir en la comunicación. Pero el aburrimiento, el miedo, el desprecio, el cansancio o simples problemas visuales también pueden ser eficaces desencadenantes", remarca, por lo que esta experta desaconseja juzgar la veracidad de lo que nos cuentan dependiendo de si existe o no contacto visual.

En cualquier caso, la mirada es un elemento de comunicación no verbal especialmente importante cuando nos comunicamos. "El contacto visual es lo que permite crear un vínculo entre el emisor y el receptor", asegura Larroy. Y añade: "Una mirada dulce o de admiración puede ser percibida como algo positivo. Sin embargo, si va acompañada de un ceño fruncido, transmitirá hostilidad".

Cuánto se tarda en intimidar

Entre un gesto huidizo y una mirada intimidante hay un trecho. Que se recorre concretamente en 3,3 segundos, según una investigación del Colegio Universitario de Londres (Inglaterra), que asegura que este es el tiempo, de media, que tarda el contacto visual en pasar de agradable a incómodo. "No me parece adecuado establecer tiempos porque la duración de la mirada depende de muchas variables, entre ellas, las culturales, hay sociedades en las que no mirar a los ojos se interpreta como una señal de respeto, mientras que en otras es signo de mala educación. Por ejemplo, los latinos mantenemos el contacto visual más que los anglosajones", disiente Larroy, quien afirma que el grado de familiaridad o la proximidad afectiva también influyen.

"Una mirada directa y prolongada puede ser intimidante", afirma el profesor de Comunicación no Verbal y Oratoria José Luis Martín Ovejero, quien aconseja "no mantenerla más tiempo del que precisemos para identificar el color de ojos de quien está frente a nosotros". Además, pensando en aquellos a los que les cuesta mirar a los ojos, el experto aporta un sencillo truco: "Centre la mirada en el entrecejo. No requiere mucho esfuerzo y la otra persona creerá que le está mirando directamente a los ojos".

sábado, 7 de enero de 2017

Sólo los demócratas crean empleo en los Estados Unidos

Amanda Mars "La era Obama se cierra con la creación de cerca de 12 millones de empleos. Estados Unidos generó 156.000 puestos de trabajo en 2016 y la tasa de paro quedó en el 4,7%", en El País, 6 ENE 2017

Los ocho años de Barack Obama al frente de Estados Unidos acaban con la creación de cerca de 12 millones puestos de trabajo y la tasa de paro en el 4,7%, en los niveles mínimos de la última década. Los 156.000 nuevos empleos del pasado diciembre, hechos públicos este viernes, elevan el balance de 2016, último ejercicio del presidente demócrata, hasta los dos nuevos millones. La recuperación del mercado laboral tras la Gran Recesión se ha labrado pese a la vulnerabilidad del crecimiento y con la precarización del mercado laboral mediante.

En su primera etapa, el Obamanomics –una expresión anglosajona para hablar de la política económica en la era Obama- se resume básicamente en el rescate de la economía. Estados Unidos salvó a los bancos en medio de una debacle financiera, precipitada por la caída de Lehman Brothers en septiembre de 2008, que despertó los fantasmas de la Gran Depresión. También sacó del agua a la industria, con la nacionalización temporal del gigante General Motors y de Chrysler. El Congreso aprobó estímulos -entre inversiones y ayudas fiscales- de 820.000 millones de dólares, aunque no se utilizaron al completo, y la Reserva Federal puso en marcha la máquina de imprimir dinero.

Con este cóctel, en mayo de 2014, Estados Unidos había recuperado su nivel de empleo previo a la crisis. Desde febrero de 2009, primer mes completo de Obama como presidente, hasta el pasado diciembre, Estados Unidos han generado 11,6 empleos, si se añaden unos 150.000 en enero, se quedarán cerca de los 12 millones. Su antecesor, George W. Bush, que se encontró con la tormenta al final del mandato y no llegó a los dos millones. La gran expansión se produjo durante los ocho años de Bill Clinton (1993-2001), cuando se generaron más de 20 millones de empleo en una etapa de boom.

viernes, 6 de enero de 2017

Entrevista a Juan Pablo Villalobos

Ana María Iglesia entrevista a "Juan Pablo Villalobos. "México es un estado fallido, el gobierno no controla absolutamente nada" El mexicano Juan Pablo Villalobos ha ganado este año el premio Herralde con una novela en la que plantea un juego de espejos entre su país natal y Barcelona" 6.01.2017

Una novela de Barcelona sobre México o una novela mexicana sobre Barcelona. Juan Pablo Villalobos no se decanta por ninguna de las opciones para definir 'No voy a pedir a nadie que me crea', la novela con la que ha ganado el Premio Herralde 2016 y en la que plantea un juego de espejos entre Barcelona y México, a partir de un protagonista, que comparte con el autor nombre y nacionalidad, que llega a Barcelona para realizar el doctorado.

El crimen organizado mexicano, que controla, a través del chantaje, la vida del protagonista, se une en un mismo “proyecto” con el alto empresariado catalán; todo ello narrado desde una autoficción que se desmiente a sí misma a partir del título y desde el humor y la exageración que, sin embargo, terminan por retratar la corrupción, la criminología y la desconfianza en las instituciones que definen, en mayor o menor grado, la sociedad mexicana y la catalana.

PREGUNTA. 'No voy a pedirle a nadie que me crea'. ¿Una novela de autoficción cuyo título desmiente el género al que supuestamente pertenece?

RESPUESTA. Exactamente, la novela es una parodia de la autoficción y, al mismo tiempo, un desafío a la suspensión de la credulidad, que es lo que se necesita en el momento de afrontar la literatura. Yo estoy en contra de la denominada literatura de la experiencia y de la idea de que solo se puede escribir sobre lo que se ha vivido. Y, por esto, lo que hago en 'No voy a pedirle a nadie que me crea', como también lo hacía en 'Te regalo un perro', pero ahora de forma mucho más explícita, es burlarme de toda aquella literatura que sostiene que solo se puede narrar desde el yo y desde las experiencias personales. Evidentemente, hay elementos biográficos, comparto con el protagonista no sólo el nombre, sino algunos rasgos biográficos, pero la trama es absolutamente ficticia y, de hecho, es imposible que alguien se crea que es real.

P. Sin embargo, ¿es consciente de que muchos leerán su novela en clave autobiográfica?

R. A mí me gusta jugar con el morbo que se suscita en los lectores cuando se asume el yo y se les obliga a cuestionarse cuánto hay de verdad en ese yo narrado. En el segundo volumen de 'Los diarios de Emilio Renzi', Piglia escribe: “Asignar el nombre propio a una narración ficticia es invertir el mecanismo del seudónimo”. Este hubiese sido el epílogo perfecto para mi novela: si piensas en la frase de Piglia, lo que nos dice es que el uso del seudónimo es un intento de protección hacia uno mismo, mientras que, en 'No voy a pedirle a nadie que me crea', el uso del propio nombre implica asumir tu propio yo para contar algo muy absurdo que te deja en mal lugar como sujeto. Decía Monterroso que “el humorismo es el realismo llevado a sus últimas consecuencias”, mientras que Baudelaire sostenía que el único que se ríe de sí mismo es el filósofo; por mi parte, lo que propongo con la novela es que, para poder estirar el humor hasta el límite, tienes que entrar en el juego, el emisor tiene que ponerse en posición de reírse y de burlarse, ante todo, de sí mismo.
Para poder estirar el humor hasta el límite el emisor tiene que ponerse en posición de reírse y de burlarse, ante todo, de sí mismo

P. En 'No voy a pedirle a nadie que me crea', indaga en torno a los límites del humor, aunque sin llega a conclusión alguna.

R. Porque las novelas no responden preguntas, sino que las plantean. A través de diálogos, en los que se cuestiona si es posible reírse de todo o en los que el propio protagonista se siente incómodo, por ejemplo, ante un chiste judío hecho por alguien no judío, exploro de forma explícita, o al menos más explícita respecto a las anteriores novelas, los posibles límites del humor. Y creo que el hecho de hacer explícita dicha reflexión hace que 'No voy a pedirle a nadie que me crea' esté más “protegida” de ese humor más duro que caracterizaba mis anteriores novelas.

P. Uno de los planteamientos de la novela es que los límites del humor dependen, en gran parte, del lugar y del contexto.

R. Efectivamente. Una las obras literarias más bestia en cuanto al humor es la de Albert Cohen, un escritor judío, que se se ríe con temas delicadísimos. A finales de los treinta, se permite a hacer humor con Hitler: Cohen, en sus textos, se ríe de los judíos del frío, ucranianos, polacos, rusos, que distingue de los judíos del sol, es decir, los judíos de España, hasta el punto que tiene un personaje fascinante, de nombre 'Comeclavos', llega a decir que ya quisiera él que Hitler organizara un exterminio para los judíos del frío. Pero, ¿desde dónde narra Cohen? Escribe en los años treinta y, no acaso, años después, tras la Segunda Guerra Mundial y los campos de exterminio, ya no se permite una broma así, su humor cambia, si bien no abandona el tema judío.

P. Hablando del contexto, su novela indaga en la delincuencia y la corrupción que rodean la sociedad mexicana.

R. Al pensar la novela, tenía en mente un personaje al que, de pronto, el crimen organizado lo toma y lo controla hasta el punto de que determina completamente su vida: el tema de su tesis doctoral o con quién se va la cama. Evidentemente, llevo al extremo el control que puede tener un criminal cuando chantajea o extorsiona a alguien, pero justamente al exagerarlo, lo que yo quería es observar hasta qué punto en México el crimen organizado está determinando como tomamos decisiones sobre nuestras vidas. Cuando alguien decide que en ciertos horarios no puedes salir, cuando decide que la chica que te gusta y que vive en Tijuana es mejor dejarla… significa que el control existe, significa que nuestra vida se rige por cuestiones vinculadas directamente al crimen organizado. Este control por parte del crimen en México es absolutamente real.

Nuestra vida se rige por cuestiones vinculadas directamente al crimen organizado. Este control por parte del crimen en México es absolutamente real

P. Al mismo tiempo hay una mirada transnacional de la corrupción, de la que no se salvan ni México ni Barcelona.

R. En un principio, intentaba hacer una conexión personal entre México y Barcelona, puesto que son mis mundos, sin embargo, la conexión existe y está documentada, no había que crearla; piense en la conexión que existe entre los cárteles de la droga mexicanos que lavan el dinero en España, que tienen tratos con la mafia italiana, rusa… Son más de una las personalidades, cuyo nombre no voy a decir pues no quiero tener problemas, que tienen negocios en México

P. Al final, la política catalana ha superado con creces la corrupción que narra en su novela

R. Los escritores mejicanos estamos acostumbrados a ser superados por la realidad: ves las noticias y piensas que tú, escritor, por simple pudor, no te atreverías a narrar como ficción lo que está sucediendo por lo inverosímil que es. Piensa en la fuga de El Chapo: si yo escribiera una novela de ficción donde narrase una historia como la fuga de El Chapo, tendría que hacer un enorme trabajo de verosimilitud para que el lector se la creyese y, después, seguramente ¡no se la creería! Me dirían que es una historia muy colgada, es decir, muy inverosímil. A diferencia de México, en España la literatura tiene más apego al realismo, lo que sucede es que lo hiperbólico de mi novela, pensando solo en Cataluña, ha terminado por coincidir con la realidad.

P. Uno de los temas es la desconfianza hacia las instituciones, algo que se hace patente a través del personaje de la mossa d’esquadra.

R. El personaje de la mossa, representa una especie de esperanza en la posibilidad de encontrar, dentro de la policía, alguien que te puede ayudar. Esto para Valentina, que es mejicana, es impensable, para ella no existe ningún policía bueno. Por desgracia en México, hemos llegado a un punto en el que las instituciones están tan desprestigiadas, desde las Federales hasta las municipales y las Estatales, que nuestra actitud hacia todos los gobiernos es de desconfianza, exactamente la actitud contraria de la que se debiera tener. Teóricamente, las instituciones están para representarte y para protegerte, pero sucede todo lo contrario: las instituciones se vuelven un elemento más de agresión, que vulnera tus derechos y seguridades. Y los personajes de la novela, lo que padecen, es un Estado fallido, un gobierno que ha fracasado completamente y que no controla absolutamente nada.
En México las instituciones están tan desprestigiadas que nuestra actitud hacia todos los gobiernos es de desconfianza

P. El contrapunto lo encontramos en madre de Juan Pablo, una mujer que se aferra al establishment mexicano y admira el establishment catalán, como símbolo de éxito.

R. La madre cree en el Estado en cuanto está dominada por sus prejuicios clasemedieros. Es un personaje muy mexicano: representa una visión racista, clasista y trepa, en cuanto quiere equipararse a una clase alta a la que no pertenece. Este elemento aspiracional es lo que define a la madre de Juan Pablo y a la clase a la que pertenece: como decía en una de mis novelas anteriores, ella se niega a ser pobre como si las clases sociales fueran estados mentales. Ella escribe las cartas a su hijo desde la convicción de pertenencia a una clase y a un grupo al que no pertenece y esto ella defiende el establishment, porque quiere sentirse parte de él. No puede criticar al catalán corrupto, porque ella se identifica con esa clase social y no con la “chusma”.

P. En las cartas de la madre de Juan Pablo también se percibe una idealización de Europa: el hecho que su hijo vaya a estudiar a Barcelona es, para ella, un triunfo.

R. Esta es la piedra de toque de los prejuicios clasemedieros: la idealización, primero, de Estados Unidos y, luego, de Europa. En Estados Unidos todo es perfecto, no hay corrupción, los policías son buenos…. A todo esto, Europa tiene un sentido aristocrático e histórico

P. En todas sus novelas, incorpora en la trama, un discurso político y, podría decirse, de denuncia.

R. Para mí es imposible no hacerlo. Al final, uno escribe de lo que puede y de lo que quiere. Yo por más que me plantee historias en un inicio apolíticas, siempre termina por infiltrarse lo político, incluso, de forma muy explícita. En todos mis libros hay una reflexión sobre la política mexicana, en el caso de No voy a pedirle a nadie que me crea, también sobre la política catalana y española, y esta presencia de lo político se ha convertido en un rasgo mío que asumo y que defiendo.

P. ¿La recepción de su novela por un lector no mexicano será diferente a la de un lector mexicano?

R. Es un tema que me interesa mucho. ¿Cómo recibe la literatura mexicana o, más en general, la literatura latinoamericana un lector español? ¿Cómo lee un español a Jorge Ibargüengoitia? Me parece muy interesante estas cuestiones en cuanto, creo, que muchas veces, la lectura de un hispanoamericano por parte de un español o la lectura de un español por parte de un hispanoamericano lo que hace es confirmar prejuicios. Si yo escribo una novela sobre el narco y retrato el México que conozco, el lector extranjero reaccionará afirmando que México es un país absolutamente peligroso. En cambio, el lector mexicano reaccionará con el impulso de querer hacer algo para cambiar la realidad.

Bolaño es un escritor chileno, que vive en México y en Cataluña, un escritor que consigue crear un castellano que no es de ningún lugar. A mí me fascina

P. En 'No voy a pedirle a nadie que me crea', hay una presencia explícita e implícita de 'Los detectives salvajes' de Bolaño.

R. Hay dos razones que explican la presencia de 'Los detectives salvajes'. En primer lugar, el hecho de que Valentina lea la novela responde a mi deseo de dejar un elemento autobiográfico en el texto: cuando yo llegué a Barcelona, pasé una crisis personal muy dura y en aquella época leí la novela de Bolaño, la leía de manera obsesiva, tan solo en dos o tres días. Por otro lado, y en un sentido más conceptual, se explica por la voluntad de romper con una literatura nacional. Bolaño es un escritor chileno, que vive en México y en Cataluña y, sobre todo, es un escritor que consigue crear un castellano que no es de ningún lugar. A mí me fascina encontrar en Bolaño frases o párrafos enteros que han perdido toda huella: tienen una sintaxis del castellano de México, pero con un vocabulario del castellano de Cataluña y con alguna expresión chilena.

P. En esta deconstrucción de lo nacional, se encuadra la influencia de Pere Calders en su obra.

R. Exacto. Calders fue exiliado a México y tiene dos libros mexicanos, 'L'ombra de l'atzavara' y Aqui descansa nevares', que son completamente mexicanos, pero escritos en catalán. Y, en 'Aqui descansa nevares', hay un par de cuentos que si los tradujeras al mexicano y dijeras que son de Ibarbengoïtia o de Villoro, la gente lo creería. Y, de alguna manera, lo que hago es tomar el guante de lo que Calders escribió en un prólogo, que yo pongo como epígrafe de mi novela, donde decía, como respuesta a las críticas que había recibido por haber escrito de forma negativa sobre México, tachándole incluso de racista, que él no esperaría que un mejicano que viva en Barcelona escribiera bien de Barcelona, al contrario, esperaría una actitud crítica. Y uso estas palabras de Calders como epígrafe para decir que tengo el permiso de el mismo Calders para ser crítico con Barcelona.

P. Y esta crítica a Barcelona la realiza como inmigrante, término con el cual se has definido a lo largo de la entrevista.

R. Yo y muchos de los escritores hispanoamericanos con los que convivo en Barcelona somos escritores que vivimos aquí, hemos tenido hijos aquí, hijos que se sienten de aquí, y somos escritores que no contemplamos la posibilidad de volver a nuestros países. Por esto, uso el término inmigrante y, por esto, me interesa adoptar la perspectiva inmigrante, porque es mi perspectiva cotidiana. Quiero narrar desde el punto de vista de alguien que se ha desplazado y ha construido una nueva vida a partir de cero. Cada día que pasa, pertenezco más a este lugar en el que vivo que al lugar del que vengo. Se trata de un proceso de apropiación del territorio en el que todo lo que rodea y define el territorio se va, al mismo tiempo, apropiando de ti.

jueves, 5 de enero de 2017

Wikies escritas por este cura durante estas fiestas

Durante estas vacaciones de Navidad me he entretenido componiendo artículos de Wikipedia, algo que los egoístas culturetas de este mundo jamás entenderán. Muchos de ellos son meras traducciones, eso sí, cuidadosamente comprobadas. Pertenecen a algunas de las materias por las que siempre he sentido curiosidad: pintores vedutistas venecianos, poesía anglosajona, en especial la Escuela de Nueva York, y biografías de hispanistas, historiadores y filipinistas, entre otras materias más menudas: 

Gianantonio Guardi
Malcolm Laing
Carta de los 221
Charles-Guillaume Étienne ‎
Leoncio Cabrero
José María Albaigès Olivart
Miguel Ángel Pérez Priego
‎Jaime Sánchez Romeralo
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Estos otros artículos son ampliaciones y correcciones de otros:

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miércoles, 4 de enero de 2017

Entrevista al historiador Fernando García de Cortázar

Guillermo Garabito, "Fernando García de Cortázar: «El pasado es inflamable»", en Abc, /01/2017 

Reedita, actualizada hasta las elecciones de 2016, su «Breve historia de España», escrita con José Manuel González Vesga

La historia de España es breve nada más que cuando la sintetiza García de Cortázar y se entiende sin costurones, que es como aparece en muchos de los libros de texto que se estudian en el colegio. Por eso el catedrático de Historia Contemporánea y colaborador de ABC Fernando García de Cortázar, junto al historiador José Manuel González Vesga actualizan su «Breve historia de España» (Alianza Editorial). De la «España inacabada» con la que comienza el libro hasta los acontecimientos más recientes del siglo XXI. Hasta las elecciones de 2016. O lo que es lo mismo, hasta ayer.

El problema de la historia es que se explica de forma distinta…

Aquí los esfuerzos por consensuar unos contenidos mínimos del pasado tropiezan con quienes conciben la historia de España como una invención, donde cada territorio, cada Comunidad Autónoma, se ha dedicado a inventar un ayer separado y enfrentado al de su vecino y donde políticos de todos los colores ponen el énfasis en una visión extremadamente dramática y pesimista, haciendo buena la tesis de la excepcionalidad, como si países como Francia, Gran Bretaña o Alemania no hubieran conocido crisis de violencia y dramatismo extraordinarios. El pasado es inflamable y puede manipularse para alimentar el narcisismo colectivo, para justificar una matanza o una guerra, o como temía Orwell después de su paso por la Guerra Civil española, para abrir paso a un mundo de pesadilla en el que cualquier dictador puede controlar el presente y también el futuro.

¿Cuál sería la solución a ese problema?

Una nueva conciencia nacional. Y, por supuesto, aprender de los errores. Porque la construcción de esa nueva conciencia nacional debe aprender de una trayectoria política, cultural e institucional que nos ha llevado al estado de indefensión en que una nación ni siquiera considera que lo sea. No se trata ya de que la soberanía no pueda ser compartida desde el punto de vista jurídico sino de que la nación más antigua de Occidente ha dejado de tener conciencia de serlo en las emociones, en las costumbres, en las relaciones políticas, en la asimilación de la cultura, en sus símbolos, en el sistema educativo… El patriotismo es un parentesco que debe basarse en un pasado común, como lo saben todos los planes de estudio que han construido naciones con su aprendizaje de la historia.

¿Por qué pesa sobre España una «leyenda negra»? ¿Es un mito?

La sombra de la leyenda negra es alargada, en efecto. Aún hoy, después de una transición modélica, pervive la idea de que los españoles somos en el fondo particularmente crueles, sanguinarios y fanáticos. Y lo cierto es que buena parte de la culpa de que esto sea así la tenemos los mismos españoles, pues históricamente nos hacemos más fuertes en el dolor que en la alegría, en la pena que en la gloria. Así, si leemos, por ejemplo, el maravilloso soneto de Quevedo: «Miré los muros de la patria mía…» Lo que nos embarga es un enorme sentimiento de desolación. Sin embargo, en el momento en que el genial poeta escribe esos versos España sigue siendo una potencia hegemónica. Por otra parte, nos hemos creído a pies juntillas todos los horrores que nuestros enemigos dijeron sobre nuestro papel en América, pero la realidad es que España trasvasa inmediatamente sus universidades al Nuevo Mundo, cosa que no hizo ningún otro país. Y esa imagen de que los conquistadores españoles impusieron la religión y la lengua a golpe de sable tampoco es cierta. Y es que el mapa lingüístico americano no se completa hasta finales del siglo XIX, precisamente porque la Iglesia fomenta la evangelización en las lenguas vernáculas.

¿Seguimos siendo esclavos de esa «leyenda negra»?

Lope de Vega decía en el siglo XVII: «¡Oh patria… cuántos sucesos y victorias grandes pues que tienes quien las haga ¿por qué te falta España quien lo diga?» Esto mismo ocurre en el siglo XXI: que no cantamos las baladas de nuestra nación y que nos hemos creído las barbaridades que se han dicho de nosotros desde el extranjero. Somos el país de Europa al que más le preocupa la opinión foránea que se tiene de él. Por el contrario, Gran Bretaña es el que menos está pendiente de lo que se dice fuera de sus fronteras. La leyenda negra nos ha hecho mucho daño, pero hay que reconocer que ha prendido con fuerza por la propia autocrítica flagelante y masoquista que históricamente nos ha caracterizado. Siempre se dice que la historia la hacen los ganadores. Sin embargo, en España parece que la hacen los perdedores.

¿Qué le preocupa más de los efectos de este periodo actual?

Me preocupan mucho los efectos devastadores de la crisis económica en el ámbito cultural. En ninguna parte como en España se ha vivido a tanta velocidad y con tal profundidad el agotamiento de referencias culturales, la carencia de sentido ético en la vida social, la relajación de nuestra rectitud moral. Es el momento de lamentar pero sobre todo de enmendar, la ausencia de valores cívicos que deben sustentar la convivencia de los españoles, entre los que se encuentran la defensa del mérito, el culto al trabajo, la austeridad, la solidaridad entre individuos, clases y territorios, la lucha contra el arcaísmo nacionalista, la cohesión de una sociedad basada en las ideas propias de las democracias parlamentarias occidentales y de una civilización de raíz cristiana, aunque de cultura laica. Los españoles deberían saber por la historia que la democracia siempre ha perecido cuando se ha creído menos representativa que el populismo. La libertad ha muerto allí donde se ha sentido menos cómoda que la sumisión.

El populismo, palabra del año 2016 para Fundéu. ¿La gente entiende lo que es el populismo?

Lo que no deja de sorprenderme –y ha quedado reflejado en mi «Breve historia de España»– en estos meses de exaltación populista es que no se haya puesto sobre aviso a la ciudadanía del evidente rechazo a la democracia que supone un movimiento caudillista como el de Podemos. Las propuestas populistas, las del secesionismo y de la extrema izquierda antisistema desean reventar la estructura jurídica, los factores de cohesión social y los valores ideológicos sobre los que hemos podido construir el edificio de nuestra democracia. Imagino que nadie pretenderá que estamos ante la oferta de una reforma que vaya a respetar la ley. Y cualquier cosa que no la respete es arrebatarle al ciudadano el primero de sus derechos, que es la seguridad que el respeto a la ley nos proporciona.

Usted habla a menudo la necesidad de un patriotismo cultural...

No basta con las reformas sociales y la democracia para consolidar la nación española. Había de crearse algo más, algo que precede a estos logros y los acompaña necesariamente. Es el patriotismo cultural inspirador de la cohesión de los ciudadanos y asentado en un patrimonio del que pudieran sentirse orgullosos

lunes, 2 de enero de 2017

Natalidad a la baja: sin bebés de año nuevo en Orense

Juan Tallón, "Un Año Nuevo sin bebés en Ourense", en El País, 2 de enero de 2017:

Nos hemos acostumbrado a la sensación de no nacer, y en cambio morir a todas horas.

En los pequeños periódicos, repartidos por todo el país, llegabas a la redacción el 1 de enero, y si tenías suerte, te tocaba hacer la ronda de llamadas a los hospitales para interesarte por el primer bebé del año. Se trata de una tradición, casi de una carrera. Las preguntas que importaban era a qué hora había nacido, y si todo había ido bien, a menudo por este orden. Cuanto más cerca de las doce de la noche se produjese el parto, mejor para el periodista. Esa circunstancia proporcionaba cierta emoción a una noticia relativamente aburrida. Aburrida, pero fácil. Quizá la más fácil del año, en un día que precisamente nadie está para heroicidades. A veces se agradece hacer las cosas con un dedo. Después hablabas con los padres, felices de la vida, y enviabas a un fotógrafo para retratar a la familia.

Me tocó al menos dos veces cubrir el nacimiento del primer bebé de Ourense. Eso, más los altercados en varias locales de ocio, más las toneladas de basura que había dejado la Nochevieja en las calles, servía para llenar la sección de local. No quiero ni pensar en la desazón de los periodistas ourensanos que este domingo telefonearon al hospital de la ciudad, y se encontraron con que no había nacido nadie. Pero nadie. El horror. No se recordaba nada parecido. El dato estremece, aunque no sorprende. Es catastrófico, no grave. Después de todo, Galicia es un país de viejos. Nos hemos acostumbrado a la sensación de no nacer, y en cambio morir a todas horas. Ya escuchamos a tres presidentes de la Xunta decir que el envejecimiento representa nuestro principal problema del futuro, sin que lograsen hacer nada relevante para atajarlo. A la vista de que no hay nacimientos, tal vez ni siquiera lleguemos al futuro.

A la espera del primer bebé de 2017, los diarios optaron por publicar la foto de la última criatura de 2016. La necesidad siempre ahoga. Parece una historia local. Y lo es. Y sin embargo, es una historia universal. Funciona como una metáfora de la España vacía, cuya población se concentra cada vez en menos núcleos, dejando el resto reducida a un desierto. En La Región, el principal periódico de Ourense, sólo unas pocas hojas después de leer que la provincia empezaba el año por primera vez sin nacimientos, te encontrabas una página con seis enormes esquelas. Cuatro hombres y dos mujeres. Hacía pensar en uno de esos claros del bosque llenos de setas venenosas. La muerte nunca falla. En Ourense, la proporción es de tres defunciones por cada nacimiento. Hay lugares en los que un día empiezan a no suceder cosas, como la ausencia de gritos de recién nacidos en Año Nuevo, y de ese hueco acaban por salir las noticias más destacadas de la jornada. Qué triste

jueves, 29 de diciembre de 2016

Poema de Frank O'Hara a Antonio Machado

Frank O'Hara fue el aglutinador de lo que se ha venido a conocer como Escuela poética neoyorkina en su primera generación, ahora de moda por las referencias a la misma que han aparecido en Mad Men y en la película de Jim Jarmusch Paterson; es, junto a John Ashbery, que todavía está vivo y es toda una institución en los Estados Unidos, el poeta más importante de este movimiento estético. En 1960 organizó una exposición de pintura y escultura moderna en el MoMA: New Spanish painting and sculpture (New York: The Museum of Modern Art, 1960) y publicó en ese mismo año una pieza teatral de asunto español, Awake in Spain (1960), cuyos 84 personajes poseen cada uno un párrafo en la obra. La acción gira en tomo a la restauración de la monarquía española. La última obra de O'Hara fue "Little Elegy for Antonio Machado". Es esta

Frank O'Hara

Pequeña elegía para Antonio Machado


Ahora tus demonios quejosos se convocan a sí mismos 
con fuego en el oscuro Castellano 
y luz solitaria 
                       tu madre muerta en el hogar 
y tu corazón descansa en la frontera de los futuros constelares

no hay cementerios domesticados que puedan envolver tu vuelo 
     de solaridades lineales y carretas quiescentes 
visión de la carroña 
           el pasado hecho vidrioso y oro 
para revelar la oscuridad, la oscuridad en toda su claridad ancestral 

donde nuestro futuro reside cada vez más en el fuego 
     cuerdas retorcidas de sonido se incrustan en nuestros cerebros 
tu aire  agua y tierra 
                          insisten en nuestra unión a vos 
en reconocimiento de los orgullos más fríos y ambiciones menos negociables 

vamos a seguir para corregir todas las revisiones clásicas 
      de nosotros mismos como juicios de valor ceremonial 
y el exceso de púrpura 
         favoreciendo la expansión de tu alma 
en la noche y el desarrollo en nuestro propio elogio salino

(versión en castellano de Hugo Zonáglez)

Me he permitido abrir un pequeño artículo de Wikipedia a la Escuela poética de Nueva York. Gracias a Andrés Catalán he venido a saber que escribió sobre España tres poemas más y que visitó el país en 1958 para preparar la exposición del MOMA. Tradujo uno de ellos:

MADRID

¡España! ¡mucho más hermosa que Egipto!
¡mejor que Francia y Alsacia y Livorno! ¡O que Théophile Gautier!
nada salvo borrachuzos en Niza
                                                  y yonkis en Túnez
pero todo se convulsiona bajo el toldo plateado de España
la oscura
              la seca
                         la boca de tiburón color de arena
de Europa, ¡la violada y atezada diosa de la velocidad!  
[...] 



(Frank O'Hara, traducción de A. Catalán)

Lutero

Manuel Fraijó, "La invitación de Martín Lutero", en El País, 29 DIC 2016

El monje agustino inició hace cinco siglos la Reforma, aunque nunca pretendió fundar otra Iglesia separada de Roma. Hereje en otros tiempos, su confrontación con Erasmo dio esplendor a la reflexión sobre la libertad, la religión y la ética

Hace unos meses, el papa Francisco asistió en Suecia a una celebración ecuménica que conmemoraba el 500º aniversario de la Reforma iniciada por Lutero en 1517. Fuimos testigos de un histórico abrazo entre el Papa y el presidente de la Federación Luterana Mundial, Munib Younam. Después de firmar una declaración conjunta, el Papa reconoció: a) la intención reformadora, bienintencionada, de Lutero; b) la corrupción desmedida de la Iglesia a la que se enfrentó el monje agustino; c) el inmenso regalo que supuso su traducción de la Biblia al alemán. “Lutero llevó la Biblia a la gente”, dijo el Papa. Tenía razón: aquella magnífica traducción fue la gran hazaña literaria de Lutero. En la Alemania de entonces solo circulaban unas 6.000 Biblias para 15 millones de habitantes.

También Benedicto XVI visitó en el año 2011 la sala capitular del convento de los agustinos de Erfurt donde Lutero emitió sus votos monásticos. No pocos cristianos se preguntan si el hereje de otros tiempos se ha convertido actualmente en “padre de la Iglesia” para protestantes y católicos. Lutero, sostienen relevantes historiadores, solo habría querido ser un “católico reformista”. Se propuso reconducir aquella Iglesia descarriada a las exigencias del Evangelio; pero nunca pretendió fundar otra Iglesia separada de Roma. Solo un cúmulo de torpezas, a repartir entre Roma y Wittenberg, dio lugar a una división que sembró Europa de dolor y muerte.

¿Por qué peregrinan hoy los papas a lugares emblemáticos del protestantismo y se unen a la conmemoración del quinto centenario de la Reforma? Desde luego, existe un notable consenso en que Lutero forma ya parte de los que K. Jaspers llamó “hombres decisivos de la humanidad”. Este reconocimiento ha sido un logro del siglo XX. Todavía en tiempos recientes el mundo católico calificaba a Lutero de “corrupto” y “neurótico”. Han sido teólogos e historiadores católicos actuales quienes han rehabilitado al incómodo Reformador. Dos ejemplos: Y. Congar lo considera “uno de los mayores genios religiosos de la historia” y lo sitúa “al mismo nivel que san Agustín y santo Tomás de Aquino”. Y el cardenal W. Kasper acaba de publicar un lúcido ensayo, Martín Lutero. Una perspectiva ecuménica, en el que lleva a cabo una valoración positiva, serena y justa de Lutero. Sin estas rehabilitaciones históricas, el papa Francisco nunca habría encontrado el camino que le condujo a Suecia.

Se suelen asignar cinco nombres de lujo al siglo XVI: Erasmo, Lutero, Ignacio de Loyola, Calvino y Felipe II. Las figuras de Erasmo y Lutero se iluminan mutuamente. Erasmo, el gran genio humanista, se negó a elegir entre Roma y Lutero. Su divisa fue: ni solidaridad con Lutero, ni guerra contra él. Se trató de una opción sensata, pero que impulsó al Reformador a escribir: Erasmo “nunca se atreve a nada”. A pesar del prudente distanciamiento de Erasmo, los franciscanos de Colonia divulgaron un dicho que se hizo célebre: “Usted (Erasmo) puso el huevo y Lutero lo empolló”. A lo que Erasmo respondió: “Sí, pero yo esperaba un pollo de otra clase”. Lutero sentía una gran admiración por Erasmo y se esforzó, aunque en vano, en ganarlo para su causa. Erasmo se lo dejó meridianamente claro: “Nunca he tenido intención de reconocer a tu Iglesia”. Era consciente de que la otra Iglesia, la que Lutero calificaba de “papista”, tenía muchos defectos, pero nunca pensó en “desertar de ella”.

Deseoso de marcar diferencias con el monje agustino, Erasmo publicó su escrito De libero arbitrio (Sobre el libre albedrío). Era una defensa humanista, erudita y teológica de la libertad; libertad que, en opinión de Erasmo, Lutero destruía al permitir que Dios lo invadiese todo. Al Reformador le interesaba más la libertad de Dios que la del hombre. Erasmo, en cambio, era, según Lutero, “un tibio”, un escéptico. De hecho, Lutero le recuerda que “el Espíritu Santo no es escéptico”. Dilthey llamó a Erasmo “el Voltaire del siglo XV”. En realidad, a Erasmo lo que le interesaba era la moral. A la luz de esta preferencia, la insistencia de Lutero en la “voluntad encadenada” resultaba poco razonable. Si no hay libertad, argumentaba con razón Erasmo, no existe el hecho moral.

Erasmo publicó su De libero arbitrio en 1524. Un año después respondía Lutero con su opúsculo De servo arbitrio (Sobre la voluntad encadenada). El Reformador sostuvo siempre que era uno de sus mejores escritos. Sus páginas muestran la abismal profundidad de la experiencia religiosa de aquel hombre. Es la confrontación de una abrumadora fe religiosa con el moralismo racionalista de Erasmo. A Lutero le parece que Erasmo no se ha enterado de nada. Nuestra salvación, sostiene, no puede depender de nuestra libertad, tan frágil, tan débil. Si así fuera, no tendríamos “seguridad” de ella. Y Lutero necesitaba seguridad. Durante mucho tiempo intentó lograrla acudiendo a la penitencia y los sacramentos. Afirma que si no hubiera sido por el sacramento de la confesión, se habría vuelto loco. Le torturaba la pregunta “¿cómo consigo un Dios misericordioso?”; no duda de la existencia de Dios, su época tampoco, pero le angustia el tema de la salvación. Una salvación que no espera del Dios “sonriente” de los filósofos, sino del misterio que nos envuelve, de lo totalmente otro, de la gracia; una salvación que tampoco está dispuesto a “comprar”, como proponían los predicadores de las indulgencias: “Tan pronto como el dinero en la caja canta, del purgatorio el alma salta”. Entre paréntesis: lo más probable, según la actual investigación histórica, es que Lutero nunca colgase las 95 tesis sobre las indulgencias en la puerta de la iglesia de Wittenberg. De hecho lamentó que se hubieran difundido, asegurando que no iban destinadas al gran público. Lo que a él le interesaba no era la gracia barata, subastada por los avaros predicadores de las indulgencias, sino la penitencia interior. Solo después de la iluminación que le supuso la “experiencia de la torre” estuvo seguro de su salvación.

El Dios de Erasmo es, según Lutero, el Dios “adormecido” de los filósofos; el de Lutero, en cambio, es un Dios al borde de lo desorbitado. La confrontación de estos dos hombres supuso días de esplendor para la reflexión sobre la libertad, la religión y la ética. Con frecuencia se considera a Lutero “el primer hombre moderno, el primer descubridor de la subjetividad”. A su vez, S. Zweig dejó escrito que “Erasmo fue el primer europeo consciente de serlo”.

Lutero murió en la noche del 17 de febrero de 1546. En su escritorio se encontró un papel con estas palabras: “Somos mendigos ante Dios, esta es la única verdad”. Poco antes nos dejó esta invitación a la esperanza: “Incluso si supiera que mañana va a llegar el fin del mundo, plantaría hoy un manzano”. A lo mejor pensaba E. Bloch en Lutero cuando escribió: “Lo mejor de las religiones es que producen herejes”.

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Por qué la enseñanza en Castilla-León es la mejor de España

Mónica Ceberio, "El secreto de una escuela de pueblo. Castilla y León, con los mejores resultados en PISA, tiene a la mitad del alumnado de infantil y primaria en colegios rurales. La fórmula: pocos niños, edades mezcladas y maestros cercanos", en El País 28 DIC 2016:

Samuel tiene cinco años y es un lince. Lee, escribe, sabe contar… Dice que le gustan mucho más las minúsculas que las mayúsculas, dónde va a parar. Y explica, muy serio con su babi azul, que la Constitución está llena de derechos y deberes, que se lo han dicho hace unos días. A su lado, Marcos, de tres años, pide en pie cantar el toro enamorado de la luna. Dicho y hecho. Son las 9.30 de la mañana y Samuel y Marcos están en asamblea junto a 13 niños más en la única clase de la escuela infantil de Villaverde de Íscar, un pueblo segoviano de 623 habitantes.



El colegio de primaria está en la calle de al lado. Tiene dos clases: una con 10 niños de seis, siete y ocho años y otra con 12 de nueve, diez y 11. Hay pocos chavales en el pueblo y hay que mezclarlos. La escuela pertenece al Centro Rural Agrupado Retama. Son seis colegios pequeños de localidades cercanas que comparten equipo directivo y varios profesores itinerantes.



La mayoría son auténticos activistas de la escuela rural; maestros vocacionales en permanente formación y convencidos de que esta forma de enseñar ofrece muchas ventajas. “Es complicado, pero apasionante”, dice Rosa García, especialista en audición y lenguaje y secretaria de Retama. “Hace falta mucha imaginación para ir adaptándose a las necesidades cambiantes de estas escuelas”. Ella, exalumna de un colegio rural, da apoyo a los niños que lo necesitan y, como el resto de los itinerantes, lleva el maletero del coche a reventar con material que traslada de un centro a otro.



Castilla y León ha obtenido unos fabulosos resultados en el último informe PISA, similares a los de Singapur, Finlandia, Japón o Canadá, y los mejores de España. El examen internacional evalúa a chavales de 15 años, ya en el instituto, pero en esta comunidad la mitad de esos alumnos han llegado a la ESO procedentes de una escuela rural. El 68% de los centros públicos de infantil y primaria están ubicados en localidades con menos de 10.000 habitantes. Son 453 centros que atienden al 48% del alumnado. De ellos, 194 son centros rurales agrupados, como Retama, que incluyen a 631 colegios pequeños como el de Villaverde de Íscar. Así se favorece la escolarización de los niños en su pueblo, aunque sean pocos, y se evita que recorran cada día largas distancias. De los 2.248 municipios de la región, 1.975 tienen menos de 1.000 habitantes.



Clases casi particulares



Estos coles permiten una forma de funcionar diferente. La profesora de Samuel y Marcos se llama Alicia Polo. Lleva 26 años trabajando como maestra, y cuatro meses en esta escuela rural. “Aquí, al ser tan pocos, la atención que podemos darles los profesores es muy individualizada", dice. "Si a uno le cuestan las matemáticas, puedo trabajarlas con él y atajar el problema desde el principio, algo que en una clase grande es mucho más difícil. Es una forma de enseñar muy enriquecedora para todos".



"Mezclar niños de distintas edades, además, hace que se comporten como una gran familia”, añade. “Son grupos compactos. Los niños mayores ayudan a los pequeños y aprenden los unos de los otros a través del trabajo cooperativo. Hay niños de cuatro años que se ponen a leer porque han visto hacerlo a los de cinco. Cuando hace falta, se separan. Después de la asamblea, Samuel y el resto de niños de cinco y cuatro años van a clase de lectoescritura con Nuria, la maestra de apoyo, mientras los pequeños de tres se quedan con Alicia dibujando.



Allá donde preguntes, todos los niños dicen que les gusta la mezcla de edades. Los mayores dicen que cuidan a los pequeños y estos, que les encanta estar con los grandes. La clase de primero, segundo y tercero de primaria de Villaverde de Íscar tiene la pizarra dividida en tres partes para que cada curso sepa las tareas que le corresponden. Durante las lecciones, las profesoras se van acercando por grupos explicando la lección a cada curso mientras los otros hacen algún trabajo. Dicen que para los docentes la fórmula tiene su complicación cuando se enfrentan por primera vez a ella, pero que una vez se organizan, las clases funcionan.



Aprender de la experiencia directa



En algunos aspectos, lo que se hace en estos coles por pura necesidad recuerda a la metodología que proponen caros centros privados de educación Montessori o Waldorf de las grandes ciudades: mezclar niños de distintas edades, pocos chavales en cada clase (de 5 a 15 en Retama, muy lejos de los 25 o 28 que puede haber en una clase del centro de Madrid), una gran implicación de las familias, muchas actividades al aire libre, aprender a través de la experiencia directa...



Porque, aunque las nuevas tecnologías han llegado en forma de pizarras digitales, grupos de Whastapp o aulas virtuales para los maestros, estas escuelas no han perdido la relación con la naturaleza, tan importante en los primeros años de la vida. Samuel y sus compañeros salen cada recreo con sus carretillas, cubos y palas, sin miedo a ensuciarse, a un arenero enorme muy distinto de los patios carcelarios de algunos colegios de ciudad. Eduardo Álvarez, jefe de estudios de Retama y tutor en Vallelado, a 16 kilómetros de Villaverde, aprovechó que muchos padres se dedican a la ganadería para explicar la reproducción a través del parto en directo de una oveja. Las clases de lectura las hacen muchas veces en el monte. Y, en otro de los centros de Retama, en Mata de Cuéllar –con solo dos clases y 15 niños en total-, el profesor de educación física se lleva a los chavales de excursión en bicicleta a explorar los alrededores.



Pieza clave del sistema



El consejero regional de Educación, Fernando Rey, asegura que las escuelas rurales son una apuesta y una pieza clave del éxito del sistema, que ha situado a la comunidad, la más extensa y con mayor dispersión geográfica de España, como la primera en ciencias y en comprensión lectora y la segunda en matemáticas en el informe PISA. La región lleva desde 2003 por encima de los resultados de la OCDE, pero en la última evaluación ha mejorado 23 puntos en comprensión lectora y 17 en ciencias.



Curiosamente, no es la más rica ni la que más invierte en educación, y tiene un porcentaje mayor de padres con un nivel educativo bajo o medio-bajo (el 22%) que otras regiones peor situadas en este informe como País Vasco, Navarra, Madrid, Cantabria, Cataluña o Aragón. A diferencia de lo que ocurrió en otros lugares, la comunidad decidió durante los años de crisis no cerrar escuelas rurales (se mantienen cuando hay un mínimo de cuatro niños) y mantener la red.



Estos colegios, a priori, parten de algunas desventajas. Por sus propias características, suelen tener más carencias de instalaciones y materiales que los de ciudad. En Retama, por ejemplo, necesitan el mismo material que los demás colegios... pero multiplicado por sus seis centros. Poco a poco se va resolviendo y ahora ya tienen pizarras digitales en todos. Además, por el reducido número de niños, es más difícil que haya variedad de actividades extraescolares. Cuando llega la hora de ir al instituto, a los chavales a veces les cuesta salir del núcleo casi familiar que es la primaria. Y, por otro lado, hay también mucho profesor interino que dificulta la continuidad del proyecto educativo. Es algo que ocurre también en las ciudades, pero aquí es aún más importante la coordinación.



Frente a las dificultades, los maestros agudizan el ingenio. “Tratamos de rentabilizar los recursos al máximo, materiales y personales, y coordinarnos de forma presencial y a distancia aprovechando las nuevas tecnologías: aulas virtuales, grupos de Whatsapp, foros...”, explica Verónica Cubero, directora de Retama y profesora de Inglés. “Y estamos en constante formación con cursos on line y presenciales”. La comunidad tiene siete centros rurales de innovación educativa dedicados a apoyar la enseñanza en este ámbito.



Relación con las familias



“La relación con las familias es cercana y fluida”, asegura Eduardo Álvarez, el jefe de estudios. “Aquí conoces al niño, a los padres, a los abuelos, sabes lo que el niño hace fuera del cole". "Familias y profesores vamos todos a una y los chavales lo ven", añade la directora. "Hay un respeto por el maestro. El colegio es una institución fundamental para el desarrollo del pueblo, y la mayoría de la gente quiere colaborar. Si la familia apoya al cole y el cole a la familia, todo va bien”. Ella tuvo la oportunidad de cambiar a un colegio más grande situado además en la localidad en la que vive, Cuéllar, pero decidió quedarse. “Esta forma de enseñar engancha”, asegura.



Mónica Porteros lleva a su hija de siete años al centro de Mata de Cuéllar, y su hijo de 14, que ahora está en el instituto, estudió toda la primaria en el colegio. “Todo es muy cercano”, asegura mientras su hija atiende a la profesora de música. “Luego a los niños les cuesta ir al instituto porque aquí han sido muy felices y han estado arropados. El pueblo, además, cobra vida con el colegio”. Las dos mellizas de 10 años de Estíbaliz Calle estudian en Villaverde de Íscar desde los tres años. Su madre valora especialmente el trato personalizado y el tiempo que les dedican los profesores. “Y los niños, al estar mezclados, se acostumbran a esperar, a que no les van a poder dedicar toda la clase a ellos. Aprenden a aprovechar cada explicación”.



Hablando con familias y profesores, una cosa queda clara: lo importante que es tener maestros motivados y ratios reducidas. Los profesores tienen que innovar a la fuerza a la hora de enseñar para adaptarse a las necesidades de escuelas que cambian mucho de año en año dependiendo de los niños que vayan naciendo en el pueblo. A los políticos les piden sobre todo una cosa: un pacto por la Educación que acabe con tanta reforma educativa que empantana en burocracia a los colegios y les aleja de lo realmente importante.



Sergio Sanz estudia 4º de la ESO en Íscar. Es un alumno brillante, hijo de un ama de casa y un albañil, que estudió infantil y primaria en las aulas de Villaverde. De esos años recuerda sobre todo el compañerismo, que por las tardes seguían jugando juntos en el parque, lo atentos que estaban siempre los profesores, lo divertidas que eran algunas clases… En el instituto no ha tenido ningún problema y el director de su centro asegura que llegó con un nivel muy bueno del centro rural agrupado ¿Lo que menos le gustaba del cole? “No sé. He sido bastante feliz. Estábamos todos bien”.



Samuel, el niño de cinco años al que le gustan las minúsculas, desde luego parece feliz. Está leyendo la palabra "pala" en el ordenador mientras su profesora intenta que sean otros quienes respondan. "Tú espera un poco, Samuel, que ya te lo sabes todo", le dice. Él intenta morderse la lengua, pero no puede resistirse ante las palabras nuevas que van apareciendo.

La amarga humorista Carrie Fisher


“Hola, soy Carrie Fisher y soy alcohólica”. La mujer que hace esta confesión a modo de presentación, al mismo tiempo que lanza al público el polvo de purpurina que lleva en una cesta de mimbre, es la actriz californiana que hace 40 años interpretó a la mítica princesa Leia en la primera trilogía de Star Wars. Carrie Fisher, que ha muerto este martes a los 60 años tras sufrir un infarto, se presenta así en Bendito alcoholismo, el monólogo producido por la HBO en el que habla sin tapujos de cada uno de los episodios que han marcado su vida.

“Si mi vida no fuera graciosa, sería real. Y eso es algo completamente inaceptable”, continua Fisher, vestida de negro de arriba abajo y descalza a los cinco minutos de empezar el espectáculo. El monólogo, de algo más de una hora, basado en una novela autobiográfica de Fisher con el mismo nombre (Bendito alcoholismo), surgió en 2009 como un espectáculo de Broadway con el que la actriz recorrió buena parte de Estados Unidos. No tardó en llamar la atención de la productora estadounidense, que decidió grabar para su canal una de las actuaciones que la actriz dio en Nueva Jersey a finales de 2010. Actualmente, este documental, que intercala imágenes de álbumes familiares de Fisher con el monólogo integro de la actriz, está disponible en la plataforma española de la HBO.

El desparpajo con el que Fisher se desenvuelve sobre las tablas y la naturalidad con la que habla de asuntos tan morbosos como su pasado marcado por las adicciones, su trastorno bipolar o sus fracasos amorosos, convierten este espectáculo en el mejor homenaje que se le puede rendir. Carrie Fisher fue la mujer que, además de protagonizar una de las sagas que más ha calado en el imaginario colectivo, dio una lección al mundo al mostrarnos cómo superar los reveses de la vida con valentía y humor.

Estas 20 frases extractadas del monólogo producido por la HBO lo demuestran:

- “Hace poco me busqué en Google y me topé con un escrito sobre mí donde alguien preguntaba qué coño había pasado con Carrie Fisher, porque "antes era muy sexy y ahora se parece a Elton John". Me dolió mucho, porque sé lo que quería decir”.

- “Hace cinco años, cuatro meses y nueve días un amigo mío murió en mi casa. Pero no contento con eso, va y se muere en mi cama. Os aconsejo que les pidáis a vuestros invitados que no se comporten así. Primero, me parece de mala educación. Segundo, suele dar mala imagen al anfitrión. Si tenéis alguna pregunta sobre cómo es levantarse con un cadáver que hasta hace unas horas había sido amigo tuyo, preguntad y haré lo posible por responderos”.

- “Mi padre era Eddie Fisher, un cantante famoso; y mi madre era Debbie Reynold, una estrella de cine. Cuando nací, mi madre estaba inconsciente por la anestesia y mi padre se acababa de desmayar al ver la placenta. Las enfermeras corrieron a socorrer al cantante y los médicos a admirar la belleza de la actriz de Hollywood, que dormía plácidamente. Cuando llegué al mundo estaba prácticamente desatendida. Desde entonces me he pasado la vida buscando llamar la atención”.

- “Cuando me pusieron el vestido blanco de Leia, George me dijo que no podía llevar sujetador porque en el espacio nadie lleva ropa interior. Y lo dijo con convicción, como si hubiera estado en el espacio investigando sobre el tema”.

- “Paul se casó con otra más joven, y yo también. La diferencia en nuestras elecciones es que a mi pareja, Bryan Lourd, se le olvidó decirme que era gay. A él se le olvidó contármelo, y a mí darme cuenta. Más tarde, él me explicó lo que había pasado: yo le volví gay. En el prospecto de la codeína que tomo no se especifica nada sobre volver a la gente gay. Es un superpoder que tengo”.

- “¿Habéis visto Alguien voló sobre el nido del cuco? La terapia es fantástica. La recomiendo, sobre todo si no tienes nada mejor que hacer. Te deja tranquilo: es lo mejor que hay. Solo tiene un pequeño inconveniente: te hace perder cuatro meses de memoria. Pero merece la pena”.

- “Ahora recibo premios constantemente por el hecho de ser una enferma mental. Por lo visto, soy muy buena en esto. Es un honor”.

- “Me casé con Paul Simon cuando tenía 26 años y con 28 me divorcié. A los 29 fui a rehabilitación, no porque la necesitase, sino porque estaba investigando para mi novela. Bueno, vale, fui porque era adicta. ¿No dicen que la religión es el opio del pueblo? Pues yo tomé grandes cantidades de opiáceos religiosamente”.

 - “Soy una superviviente ¿qué mayor de 40 años no lo es? Pero, para ser un buen superviviente, tienes que meterte en líos y hacer gala de tu don”.

- “En el rodaje de Star Wars me dijeron que tenía que llevar esas pintas [señalando el peinado con forma de ensaimadas característico de la princesa Leia] y que era inevitable. George Lucas arruinó mi vida de la manera más dulce”.

- “Entre las posesiones más preciadas de George Lucas está mi imagen. Cada vez que me hago una foto le mando dos euros” [Lucas tiene los derechos de imagen de todos los personajes de la saga de Star Wars].

- “Cuando se quedó viuda Elizabeth Taylor, mi padre la consoló con flores y al final terminó consolándola con sus genitales. Esto entorpeció su matrimonio con mi madre y, en una semana, mi padre se había marchado de casa”.

- “Para los que sean jóvenes: intentad pensar en Eddie (mi padre) como Brad Pitt, en Debbie (mi madre) como Jennifer Aniston y en Elizabeth Taylor como Angelina Jolie. ¿Os ayuda a entender los enredos de mi familia?”.

- “Mi hermano y yo llamábamos a nuestra casa 'La embajada', porque tenía más pinta de un lugar donde sellan el pasaporte que de una casa. La fachada parecía un aparato de aire acondicionado”.

- “Todos sabíamos el éxito que iba a tener Star Wars menos George Lucas, y lo mantuvimos en secreto porque queríamos ver la cara que se le quedaba al enterarse”.

- “George Lucas me convirtió en una muñequita a la que mi marido podía clavar chinchetas cuando se enfadaba. Luego fui un champú en el que mi cabeza se desenroscaba y salía líquido procedente de mi cuello; también fui un jabón donde se leía 'enjabonaos con Leia y os sentiréis como una princesa'. Pero, lo más importante que me ha pasado en mi vida, es ser un dispensador de caramelos Pez. Si no has estado en venta durante los últimos treinta años, es que no has vivido” [en referencia a la cantidad de productos de merchandising que se crearon con su imagen tras el estreno de Star Wars].

- “Mi madre quería que tuviera un hijo con su marido porque creía que tendría unos ojos bonitos. Ella ya no podía tener hijos, yo tenía el horno libre y me aseguraba que se podía inseminar a alguien solo con una inyección en el brazo. ¡Y a mi abuela le parecía buena idea!”.

- “Estos años he estado acudiendo a terapia de electroshock. ¿Alguien sabe lo que es eso? Todavía no me lo han explicado".

- “Me invitaron amablemente a ir a un hospital psiquiátrico, y yo no quería ser maleducada, así que fui. Es una invitación de lo más exclusiva. ¿Cuántos de vosotros habéis sido invitados a un hospital psiquiátrico?”.

- “Mi madre quiere que sepáis que mi problema viene por parte de padre. Mi madre es tan normal como la vida misma”.